Siguiendo con el tema, destacó que en la Arquidiócesis de Asunción ya se cuenta con la Pastoral del deporte. “Para animar y fomentar, a través del deporte, de las actividades físicas y juegos en equipo, el equilibrio entre mente sana y cuerpo sano”, añadió. Sobre el punto, anunció que se están ejecutando torneos deportivos en parroquias, escuelas, colegios, en la penitenciaría.
Afirmó que si el mundo del deporte transmite unidad y cohesión, “puede convertirse en un formidable aliado para construir la paz”.
Destacó que la práctica del deporte o de ejercicios físicos son necesarios para el desarrollo equilibrado entre la mente y el corazón, entre el cuerpo y el espíritu. “Con más acercamiento al deporte, más se logrará el alejamiento de nuestros niños, jóvenes, adultos del sedentarismo, que no son buenos consejeros, más bien son pésimos entrenadores de malas compañías. La práctica del deporte es para cambios positivos”, destacó.
Desde Caacupé. El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, en su homilía, destacó la importancia de recuperar la honestidad. “La honestidad es la cualidad que tiene una persona que no engaña al otro y que dice la verdad. Ser honesto significa actuar con sinceridad y mostrar respeto hacia los demás y hacia uno mismo”.
Recordó que hace 50 años el paraguayo era honesto, pero que actualmente perdió ese valor. Resaltó que las personas honestas reúnen un conjunto de atributos como honradez, decencia, justicia, prudencia y franqueza.
La honestidad “es lo que resulta justo, por encima del propio beneficio, y esto nos lleva a mejorar la convivencia en sociedad”.