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Ernesto Benítez Petters fue el elegido por el Ejecutivo para reemplazar al ingeniero Javier Rodríguez, quien renunció por motivos particulares como presidente de la Industria Nacional del Cemento (INC). Es abogado de profesión, pero afirma que se siente capacitado por su experiencia como asesor legal corporativo de industrias y porque es algo que le gusta y no fue difícil insertarse en el funcionamiento y desarrollo industrial de la empresa, donde hace un año se venía desempeñando como gerente general. En esta entrevista con ÚH, sostiene que el mayor desafío es estabilizar el mantenimiento y la producción en la planta de Vallemí y su temor es que el viejo ventilador ya no pueda funcionar antes de que se instale uno nuevo.
–¿Cómo se explica la asunción de un abogado en una función que correspondería a un técnico en la INC?
–En realidad, la experiencia que tengo puede venir de dos sectores. Profesionalmente, como abogado corporativo, tuve mucho contacto con empresas industrializadoras del Alto Paraná. Eso me permitió tener mucho roce con la industria, por un lado. Por otro, es algo que me gusta. No fue difícil insertarme en el funcionamiento y desarrollo industrial porque, aparte que profesionalmente estuve vinculado a esos procesos, es algo que me gusta.
–A un año de estar en la empresa, ¿cuál es el desafío central a superar?
–El desafío es continuar la gestión que con el ingeniero Javier Rodríguez ya veníamos realizando. De hecho, él había iniciado una serie de trabajos tendientes a normalizar el funcionamiento de la fábrica de la INC con miras a que la provisión de cemento de mercado sea más estable, previsible, y tienda a mejorar en calidad y en cantidad. La INC es como la Coca Cola en materia de cemento en la región. Tenemos también un desafío de ir estabilizando los mantenimientos de la fábrica de clínker de Vallemí. Eso depende en gran medida de que tengamos la posibilidad de adquirir los repuestos e insumos que son necesarios para el trabajo de mantenimiento de la línea de producción y también las materias primas a precios más accesibles.
–Su antecesor decía que uno de los problemas para estabilizar la producción de Vallemí era la falta de un nuevo ventilador. ¿Ese es un talón de Aquiles?
–Justamente dijiste bien, es nuestro talón de Aquiles. Es una pieza que debemos reemplazar, pero requiere aproximadamente de un período de un año y medio entre la adquisición, porque no es una pieza que se compra en el mercado, sino se debe mandar a fabricar. Ahora, el ventilador que tenemos funciona gracias a que Dios es grande y nos quiere mucho. Es una pieza que podemos amanecer mañana parados en el mejor de los casos.
–La INC está en quiebra técnica. ¿Cómo hará para ir saliendo de esto sin necesidad de tener que adquirir más deudas o dejar de pagarlas?
-La capitalización de hecho se está haciendo, solo que no es un proceso, hablando en término económico, inmediato. No es solamente hacer un préstamo y con eso nos capitalizamos, porque hay que encuadrar la relación de los gastos con los ingresos, tenemos que ajustar gastos, disminuir los superfluos, sustituir y darle prioridad a gastos más necesarios y aumentar o mejorar los ingresos que tenemos. Podemos ir hacia adelante mejorando la calidad del producto.
–¿La capitalización pasa por dejar de pagar las deudas históricas y los intereses de los bonos?
–No, pasa por ajustar mejor los pagos y reducir los costos. Tenemos por un lado los bonos y, por otro, deudas con entidades del Estado; estas forman parte de acuerdos que vamos programando, fraccionamiento de pago de la deuda histórica. Con la ANDE vamos a hacer una operación para disminuir nuestra deuda a través de una negociación que tiene la INC (se entregará un predio en Sajonia que no usa en parte de pago) que nos va a permitir reducir sustancialmente el pasivo y también posiblemente la deuda actual.
–¿Asfixian mucho las deudas?
–No, la verdad que si tratáramos de pagar todo sí nos asfixiaría. Nos salimos de la posibilidad de dejar supeditada al pago de estas entidades públicas a un plazo más amplio o, por lo menos, para pagar servicio con el sector privado que sí necesita tener recursos financieros para poder operar.
–¿Está equilibrada la cantidad de funcionarios con lo que necesita la empresa?
–Realmente, la necesidad de funcionarios hay en todas partes. Hay que tener en cuenta que la INC está pasando por una etapa en la que se están jubilando muchos antiguos, en su mayoría técnicos. Y la industria necesita incorporar funcionarios de esa calidad. Por otro lado, en materia operativa también existen necesidades porque es una industria que opera las 24 horas del día. Hay que destacar que el plantel de funcionarios está muy comprometido. Son 1.100 en los tres frentes aproximadamente, entre contratados y permanentes.
–¿Qué presiones tiene que estar enfrentando y frenar para que eventualmente no llegue a perjudicar?
–Por un lado está el sostenimiento del presupuesto de la empresa. El proyecto de presupuesto 2020 que se elaboró en la INC es muy sincero y sigue la línea que pasó el Ministerio de Hacienda. Es una de las pocas entidades que redujo casi 6% su presupuesto por pedido de Hacienda. Realmente se sinceró la producción y anteriormente nunca se alcanzaron históricamente los objetivos.
–Estamos en el tramo final del año donde aumenta el consumo en el mercado. ¿Están preparados para abastecer una mayor demanda?
–La fábrica de cemento como la de clínker están trabajando con una estabilidad que se puede a precisar en los parámetros históricos. Estamos preparados para afrontar el aumento del consumo de cemento para esta época final del año, que es la que aumenta ese nivel de consumo. Va a haber cemento sin problemas de parte de la INC. Hoy estamos en promedio diario de despacho de 56.700 bolsas. El despacho está vinculado al nivel de consumo y estamos en condiciones de satisfacer.
–¿Están afectando algo a la INC el contrabando y la importación de cemento?
–No afectan tanto, pero es un factor que no se puede descuidar porque si existe un mercado alguien tiene que abastecerlo. Lo que la INC pretende es recuperar ese terreno que pudo haber perdido. El mercado consume hoy más que antes y la INC debe ponerse a la vanguardia para poder abastecer ese mercado y no dejar mercado ocioso para que ataque el contrabando. Estamos cubriendo más del 50% del mercado, de un promedio estimado de cien mil bolsas.
–¿A qué le teme o qué lo pone inquieto respecto a INC?
–Le tenemos miedo a que se descomponga el ventilador y también a que se pueda flexibilizar la importación de cemento, sin corroborar los costos de esa importación. Eso significa dumping, es fuertísimo. Para que eso no ocurra el Ministerio de Industria y Comercio es el que tiene que velar porque la industria nacional se mantenga a la vanguardia de la provisión de cemento. Ahora están otorgando licencias muy altas a pocos sectores. Si estos llegaran a modificar los precios, van a crear inestabilidad en el mercado de cemento.