04 may. 2025

El desarrollo inmobiliario amenaza a la horticultura

El loteamiento de inmuebles crece en zonas rurales del Departamento Central y en el proceso reducen las áreas de cultivo de hortalizas. Los productores temen que la agricultura familiar desaparezca en estos sitios y piden un plan de ordenamiento territorial.

Itá, Itauguá y J. Augusto Saldívar son las ciudades más cercanas a Asunción que concentran la mayor cantidad de producción hortícola, especialmente verdeos, tomate y locote, que llegan a los principales mercados de la capital del país. Sin embargo, el avance de las inmobiliarias en tierras rurales hace que los agricultores tengan cada vez menos disponibilidad de suelo para cultivar, según explicó César Riveros, dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC) en el Departamento Central.

Este problema que se fue agudizando desde el 2000 derivó en constantes reclamos de las familias campesinas a las municipalidades y gobernaciones. En las últimas movilizaciones realizadas en Itá, los miembros de la FNC insistieron con su proyecto de demarcación y zonificación territorial de las áreas de desarrollo de la agricultura familiar campesina y de las pequeñas empresas familiares hortícolas, granjeras y procesadoras de alimentos sanos y variados, pero la propuesta no fue escuchada.

La norma. Riveros mencionó que, de acuerdo a la Ley Orgánica Municipal, es obligación de las administraciones distritales establecer un plan de ordenamiento urbano y territorial, con el acompañamiento de la Secretaría Técnica de Planificación (STP). “Dentro de 5 años puede terminar la producción hortícola en Central”, advirtió sobre el incumplimiento de la normativa.

Para el investigador Luis Rojas, del Centro de Estudios Heñói, es importante entender las modalidades de producción en Central, ya que los agricultores no solo trabajan en sus tierras, que en la mayoría de los casos ni siquiera llegan a media hectárea. “Una buena parte, quizás el 50% de las tierras de los pequeños horticultores no es propia, pues es prestada o alquilada, entonces cuando las inmobiliarias van comprando cada vez más esas propiedades, van sacando tierra a la producción hortícola”, precisó.

En otros casos, este problema deriva en la descampesinización de los productores, quienes se ven obligados a migrar a zonas urbanas, donde ya no acceden a cultivos de autoconsumo y empiezan a tener más gastos propios de estos sitios.