13 jun. 2025

El desbloqueo, un triunfo más allá del debate de las listas sábana

La ciudadanía está cansada, hastiada, indignada. Y cuando el pueblo llega al límite, ya no escucha razones ni quiere analizar qué puede pasar en el futuro. La frustración con sus autoridades es tal que solo piensa en el castigo purificador ya mismo. Las zonas grises desaparecen y todo es blanco o negro. Cielo e infierno. Buenos y malos. El escenario de polarización se tensa cada vez más.

Esta semana fue aleccionadora en ese sentido. Y, a la vez, un toque de alerta.

LA ANTICONTRALORÍA. La agenda caliente arrancó con el juicio político al contralor Enrique García. Mientras estaba en el banquillo, desde donde se defendió con la arrogancia de quien se sentía muy seguro del blindaje de sus amigos, el Senado se dividió entre quienes querían destituirlo y quienes no. Nadie se atrevió a defender su gestión, al contrario, hubo consenso en señalar al organismo como una mafia extorsionadora. El senador Salyn Buzarquis hizo un retrato brutal de la institución: “Es un shopping donde uno va a comprar resoluciones, dependiendo del tamaño del municipio, tiene su precio”. En ese tono discurrían las acusaciones, hasta que se desató un bleque colectivo con acusaciones cruzadas de corrupción. Aún así no fue fácil conseguir los 30 votos necesarios para separarlo del cargo, y cuando llegó, presentó su renuncia. Igual salió por la puerta trasera alguien que como representante de la oposición pudo haber hecho historia. Valga esto como moraleja: la clase política suelta la mano y deja caer a su mejor aliado cuando es ella la que está en peligro.

Completará el mandato el subcontralor Camilo Benítez, considerado hombre de confianza del vicepresidente Hugo Velázquez. Lo cual es un toque de alerta sobre la continuidad del manejo político-partidario del organismo, hoy convertido en garrote o carné de impunidad, según la orden que provenga de arriba o los pactos políticos.

EL DESBLOQUEO. Luego de casi dos décadas de lucha de un sector político y una ciudadanía organizada, el Congreso aprobó el desbloqueo de la lista sábana. Precedió al estudio legislativo un escenario de rebelión que tuvo como protagonista al suspendido senador Paraguayo Cubas. La plaza, llena de ciudadanos impacientes, vigilaba en estado de belicosidad.

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Los partidos tradicionales no tuvieron otra alternativa que apoyar la propuesta. La gente está cansada de las listas cerradas y bloqueadas lideradas en su mayoría por escombros, delincuentes y peones de las mafias. De nada sirvieron las alertas lanzadas por eminentes politólogos advirtiendo que la fórmula elegida no mejorará el sistema. Que países que han elegido ese camino volvieron a las listas cerradas porque no eliminó a los indeseables ni mejoró la representación política. Pero ya nadie estaba dispuesto a escuchar porque los partidos tradicionales se han convertido en grandes corporaciones que solo benefician a sus accionistas más privilegiados. ¿Cómo defender el sistema en un país donde los partidos son los verdugos de su pueblo? El desbloqueo beneficiará al que tiene fama y dinero, alertan, y la realidad responde que eso hace tiempo sucede en el país. ¿Acaso un empresario no compró el partido más grande del país y luego fue presidente de la República? ¿Acaso no hay narcopolíticos redactando leyes? ¿O peones de grandes capitales para frenar impuestos? ¿O bufones degradando la representación política? Lo dijo con sinceridad brutal la diputada Amarilla, quien asumió públicamente que se vio obligada a pagar por su banca.

Los partidos políticos están pagando su desconexión con la gente, su desprecio por la condición económica de sus afiliados y su arrogancia de poder absoluto. Aunque haya acuse de recibo de unos pocos, la mayoría sigue viviendo en la burbuja de la riqueza malhabida, de los pactos para la protección política que involucra a todas las instituciones del Estado. Pervertido universo que incluye a los empresarios, especialmente grandes contratistas del Estado, que prefieren el statu quo de la corrupción política y la venalidad judicial.

Por eso no hay razonamiento posible. El desbloqueo ha calado hondo en el imaginario colectivo. Es la cuña que atravesará el blindaje partidario y eliminará mágicamente a los malos. Es una ilusión, y no hay nada tan poderosa como la esperanza. Por eso, aunque se aconseja cautela para evitar desilusiones, no se le puede negar este momento mágico a la ciudadanía, que con esfuerzo ha logrado finalmente torcer la mano a los poderosos partidos. Ese es el triunfo de este pequeño paso.

DEL TOMATE. Y como corolario de una semana política agitada, un general retirado que se vendía como el azote de la corrupción y enarbolaba la bandera “Dios, Patria y Familia” caía preso tras un escándalo de coima, junto a otros funcionarios. El general Ramón Benítez, elegido para combatir el contrabando tras su paso por la Fuerza de Tarea Conjunta, entró a la función pública para confirmar el perverso sistema de la corrupción.

Lo que ha pasado esta semana es la consecuencia de la presión ciudadana que tolera cada vez menos los abusos, desconfía y repudia cada vez más a los políticos. Si los detentadores del poder no toman nota, las soluciones que se avecinan pueden salirse de control.

Si salieran de su burbuja y observaran un rato lo que está sucediendo en el mundo, no solamente tomarían nota, sino decisiones.

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