Mi nombre es Ignasi Campos Serra. Soy español radicado hace ocho años en Paraguay. Tengo un doctorado en Musicoterapia y Medicina Holística y hago voluntariado en hospitales públicos.
Cuando vine a Paraguay no tenía la intención de hacer musicoterapia, aunque ya era musicoterapeuta. Vine por un voluntariado para apoyar a la comunidad del Pueblo Avá Guaraní y con intenciones de crecimiento espiritual. Vinimos los cuatro de mi familia, con mi señora y mis dos hijos.
Comencé a trabajar en el Centro Catalán, pero curiosamente hice talleres de musicoterapia y luego ya el doctorado. Ya era máster. El trabajo de campo lo hice en el Hospital General Materno Infantil San Pablo y fue una experiencia preciosa. Mi tesis abarcó la terapia para los tres ámbitos: los pequeños pacientes, los padres y el personal de blanco.
A veces la música es paliativa, a veces es complementaria, ayuda a otras terapias y en algunas ocasiones, sobre todo en la parte de sonoterapia, se ha demostrado que cura directamente.
Luego de mi experiencia en el Hospital San Pablo empecé el voluntariado en otros lugares como Hospital de Clínicas de San Lorenzo, en el Instituto de Previsión Social (IPS), fundaciones y también abrí una academia en la que he estado formando a una veintena de alumnos, porque mi meta es formar musicoterapeutas aquí en Paraguay. También tengo alumnos extranjeros.
Terapia
Otro hecho que me marcó muchísimo fue trabajar en el área de Oncología Pediátrica. Tuve muchos casos de niños que se iban y otros que se recuperaban, y nosotros siempre poniendo el granito de arena para ayudar a mejorar o a paliar el dolor de esas almas, de esos cuerpecitos. Trabajamos diferentes aspectos; la parte espiritual, el aspecto mental, la conexión con Dios. Para ayudar uno tiene que estar bien y hacerlo con atención y amor, por eso un terapeuta no puede ayudar estando mal.
En el área particular, estoy ayudando a una niña que quedó parapléjica por falta de oxígeno, por una negligencia médica, tras recibir fármacos que no eran los adecuados. A la niña la estoy atendiendo de forma multidisciplinaria. La musicoterapia es más efectiva cuando se hace con otros profesionales, fisioterapeutas, médicos, enfermeras.
Trabajo además con adultos mayores adaptando a sus gustos de música, como la polca.
Se puede aplicar además arteterapia con la música, hacer una sinergia y sumar diferentes técnicas con el mismo fin. Por ejemplo, el paciente o cliente pinta mandalas y le hago poner una afirmación: “me estoy curando o me estoy sintiendo mejor” y le pongo una música funcional. A esa persona que está pintando, que está haciendo una actividad la música le entra por ambos hemisferios, y se neutraliza el filtro del izquierdo, porque es el que nunca cree, siempre te cuestiona las cosas porque es el hemisferio lógico, entonces esa frase no la va a creer pero cuando le pongo música no hay barrera que lo filtre. Por eso es importante la musicoterapia.
También estoy tratando de implementar nuevos paradigmas en musicoterapia; hago holo–musicoterapia sinérgica que consiste en hacer terapia teniendo en cuenta que el cliente o paciente es un ser holístico. Es intentar abarcar todos sus niveles, no solo el emocional o intelectual. Con la música se toca mucho lo emocional, pero también hay una parte que se llama sonoterapia, que es utilizar el poder que tiene la vibración. Una persona enferma es una persona desafinada, porque el cuerpo está compuesto por diferentes vibraciones. En cuanto hay un órgano que está enfermo no vibra en la frecuencia que debe vibrar.
Oídos felices
En Neonatología de IPS vengo cada 15 días, hace cerca de tres años. Tras iniciar mi voluntariado el mismo departamento hizo un proyecto que se llama Oídos felices, para implementar la musicoterapia ya de manera cotidiana. De momento se han conseguido los recursos para montar y poner música funcional. Yo mismo les pasé melodías y cada día les ponen dos o tres veces la música.
No es lo mismo la melodía en el pasillo como en la sala de Neonatología, donde deben ser melodías muy tranquilas además de utilizar el efecto que se llama arrastre; que tengan un tiempo lento, porque los neonatos cuando están en cuidados intensivos están estresados con todos los aparatos y les sube mucho la frecuencia cardiaca. Con el efecto arrastre se baja la frecuencia de 160, 170 a 120 a 110. Lo demostré en mi tesis.
Por otra parte, se logra tranquilizarlos porque la música le entra a nivel neuronal, emocional y se llama efecto distracción. Y sube la oxigenación para reducir los signos de estrés.
Apertura
La musicoterapia aquí aún es muy nueva todavía, a diferencia de todo el Cono Sur, por eso hace falta más apertura de la mente.
Otro desafío es la inversión. Han existido propuestas mías y de otros compañeros para implementar la musicoterapia a nivel estatal, pero siempre queda relegada. Hay que cambiar la mentalidad, mirar los países de Europa que han implementado la musicoterapia con mucho éxito.
Cualquier persona aunque no tenga formación musical, aunque no sea musicoterapeuta, puede beneficiarse de la música. Lo único que se requiere es que escoja bien la música, que cierre los ojos y entre en su mundo interior. Déjense empapar por la música. Para conocer más sobre musicoterapia me pueden seguir en las redes sociales. Estoy como: Ignasi Campos.