Clarisa Enciso
Uno de los momentos más difíciles por lo que atraviesa el ser humano es la pérdida de un ser querido y el proceso de duelo que llega con esa situación tan difícil son afrontadas de distintas maneras. El impacto no solo se siente en el corazón, sino también en el cuerpo y la mente, generando una respuesta emocional y física que puede ser devastadora.
Pilar Sordo, sicóloga y conferencista internacional, se encuentra en nuestro país para presentar en la fecha, la conferencia Aprender a vivir con mi duelo, en el Centro de Eventos Paseo La Galería, por lo que se tomó un tiempo para conversar con Última Hora y comentar que los duelos se viven de distintas maneras. Las mujeres deben vivir el duelo hablando y expresando las emociones, los hombres lo hacen haciendo y ejecutando cosas, mientras que los niños lo hacen a medida que puedan expresarlo y entenderlo.
“Para que en una pareja los duelos se vivan bien, lo femenino tiene que aprender a hacer cosas para avanzar y lo masculino tiene que aprender a hablar y a llorar para poder avanzar y ahí se forma un complemento maravilloso de crecimiento compartido. En el caso de los niños, en la medida que puedan expresar lo que sienten, llorar, decir lo que les pasa. Hay un psiquiatra español que a mí me encanta que dice que uno se enferma por falta de vocabulario porque en realidad todo se sanaría todo si habláramos más”, agregó.
Las emociones y el duelo
Para Sordo, es sumamente importante gestionar las emociones para aprender a vivir el duelo, ya que sin gestión emocional no se sabe vivir con el dolor de una pérdida. ¿Por qué cuesta tanto aceptar una pérdida? Fue la consulta a lo que la profesional respondió: No nos enseñan a demostrar lo que sentimos.
“Nos han enseñado que en la vida hay que estar contentos y hay que tener una definición de fortaleza que es patológica que tiene que ver con el arte de aguantar y, entonces, como me tengo que aguantar y no puedo mostrar lo que siento, entonces negamos los procesos de duelo, no nos damos cuenta que duelamos todo el tiempo y que cada incluso nuevo hábito implica renunciar o morir a una parte de mí en el nuevo inicio”, acotó.
La profesional enfatizó que las consecuencias que tienen los duelos mal vividos no solo tiene que ver con pérdidas humanas, tiene que ver con enfermedades físicas, con patologías psiquiátricas, con la gravedad que tiene para una estructura mental no hablar y no ser capaz de expresar lo que se está sintiendo.
“Es fundamental trabajar los duelos para poder mantenerse saludable, física y emocional y espiritualmente a lo largo de la vida”, resaltó
En cuanto a la duración del proceso, indicó que los duelos no tienen tiempo, primero porque hay duelos que no se superan nunca, sino que uno aprende a caminar con ellos, entre sus días buenos y malos por lo que no hay tiempo definido.
“Lo que sí está claro clínicamente que antes de un año cronológico nadie puede opinar sobre mi pérdida, sobre todo si tiene que ver con muerte de alguien que trascendió digamos o de una separación o qué sé yo el año cronológico en términos de pasar por todos los ciclos de fechas importantes en el proceso, marca un cambio de ciclo y un avance, pero nadie puede evaluar un duelo desde afuera porque no se sustenta en sí mismo”, señaló.
Fases del duelo y apoyo emocional
Las fases del duelo son en total cuatro. Shock o negación, que es no creer que esto sea real; luego llega la etapa de rabia, enojarse con Dios, con la vida, con la situación con las personas involucradas ahí también se desbloquea hacia la culpa a ratos.
“Después viene el proceso de tristeza que es el proceso como donde la ausencia se hace presencia y donde uno siente en el cuerpo y en las emociones la pérdida de ese vínculo o de esa situación, de esa casa, de esa separación, de ese país, de esa amistad de esa muerte de lo que sea que se esté duelando”, agregó.
Posteriormente, indicó que viene la negociación con el duelo donde lo que se fue vuelve a uno, pero para quedarse ya dentro de uno con la incorporación de lo aprendido y en ese proceso, entendiendo, que en eso hay días de mayor o menor conciencia.
“Ahora, estos cuatros procesos no son etapas secuenciales, se pueden dar las cuatro en un solo día o las cuatro en una misma situación y está perfecto que sea así, no son lineales ni van avanzando parejas”, explica.
Es importante entender que el cuerpo se resiente en todo lo que uno padece en su interior y no lo expresa por falta de vocabulario y esté lo demuestra con señales que pueden ir desde dolores corporales, resfríos, entre otros síntomas.
“El cuerpo paga porque uno no habla, el cuerpo habla lo que la boca calla para que la estructura mental, emocional o espiritual de un ser humano se dé cuenta de lo que está viviendo el cuerpo incluso avisa antes lo que la mente aún no sabe, el cuerpo es lejos el mejor informador más leal y menos mentiroso que tenemos con relación a lo que nos pasa en la vida, entonces es el mejor transmisor de aquello que no hemos hablado”, recalcó.
¿Se puede transformar el dolor en aprendizaje? Es una de las preguntas más frecuentes que surge, a lo que la sicóloga indicó que sí.
“La mejor manera de transformar el dolor en aprendizaje es preguntarse para qué llegó ese dolor. Es algo que se descubre en la medida que se hace un buen trabajo emocional interno y se tiene la valentía de tomar las decisiones que se tengan que tomar. El sentido del humor también ayuda un poco”, acotó.
Para finalizar, Sordo quiere dejar un poderoso mensaje para las personas que pasan por un duelo: Llevar el duelo es aprender a vivir en paz.
“Duelar es vivir y vivir es duelar, se puede caminar en paz con los duelos, si los comunicamos y tenemos grupos de contención, personas adecuadas que nos ayuden a caminar. Son procesos de crecimiento que a lo largo y en la perspectiva de la distancia se transforman en los hitos más importantes en nuestra vida”, finalizó.
