Miles de turistas locales en Chile, donde pesan restricciones sanitarias por el coronavirus, llegaron al balneario de invierno y verano alrededor del lago y volcán Villarrica, 800 km al sur de Santiago para avistar el fenómeno.
Además, decenas de científicos se encuentran apostados desde hace días en la falda del volcán con sus telescopios preparados para enfocar el segundo eclipse consecutivo que pudo apreciarse en este país, después del de julio de 2019, en el norte.
“Igual estoy feliz. Ya estar aquí es importante, aunque no se la expectativa que yo quería (de ver nítidamente el eclipse total)”, dijo a la AFP María Paz San Martín, en la playa de Pucón, hasta donde tímidamente comenzaron a llegar los turistas para mirar desde aquí el fenómeno astronómico.
También llegó hasta Pucón Arturo Carvajal, un entusiasta empleado de 66 años, que conoce el esquivo clima de esta parte del sur de Chile.
“El plan era que estuviera despejado pero el riesgo era de que no fuera así (...) pero también uno lo pasa bien, porque se viene a turistear”, afirma mirando al cielo nublado y con la esperanza de que despeje a la hora del eclipse.
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Pese a las restricciones de movilidad para evitar la propagación de los contagios de coronavirus, unos 300.000 turistas se movilizaron hasta el sur de Chile para poder ver en vivo el momento en que la Luna, el Sol y la Tierra quede alineado, haciendo la noche en pleno mediodía, con la abundante vegetación y los imponentes volcanes que ofrece esta zona del sur chileno como telón de fondo.
Según los pronósticos meteorológicos, existe un 90% de probabilidad de que siga la lluvia a la hora del eclipse total de Sol, previsto para las 13H00 locales (16H00 GMT).
A esa hora se espera que desde la costa del océano Pacífico hasta la cordillera de Los Andes, la luz del Sol sea opacada por la Luna y caiga la noche por unos dos minutos a lo largo de la zona de umbra, cubriendo una franja de 90 km de ancho, que avanzará más allá de las montañas por la Patagonia argentina hasta la costa atlántica.
En la provincia argentina de Neuquén, donde podrá apreciarse el fenómeno, no llovía pero se levantó un viento muy potente que limitaba la visibilidad. Sobre la ruta 237, entre Villa El Chocón y Piedra del Águila, había un campamento donde varias familias y extranjeros aguardaban la llegada del eclipse.
Un grupo de extranjeros relató la odisea de llegar hasta Argentina en medio de la pandemia y conseguir una cantidad de documentos para poder llegar a Bariloche y finalmente al sitio del campamento, periplo que incluye la toma de al menos tres hisopados y la contratación de seguros médicos.
Abrazados a la esperanza
En un refugio de esquí del volcán Villarrica, a unos 1.500 metros de altura, el astrónomo de la Universidad Católica de Chile Simón Ángel probaba el domingo su telescopio, esperando que las condiciones meteorológicas abrieran paso al eclipse.
“Apuntamos a que el frente de mal tiempo se adelante un poco y las lluvias comiencen más temprano y haya claros para poder observar el Sol directamente”, dijo a la AFP.
A pesar del mal tiempo pronosticado para el momento del eclipse, “las expectativas son buenas”, dijo a la AFP Nicolás Tamayo, un visitante de 28 años que llegó a Pucón. “El ambiente que se va a vivir en ese momento es impagable”, agregó.
Telescopios de un lado y gafas especiales del otro: todos están listos pese al clima para mirar el cielo que ahora luce plomizo, con la esperanza de que un claro entre las nubes permitan observar el esperado fenómeno.
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Si finalmente el eclipse no puede apreciarse por las nubes, la alternativa será disfrutar de la noche al mediodía, ya que el fenómeno de falta de luz sí será perceptible.
Sabios mapuches, siguiendo la cosmovisión de este pueblo originario -el más numeroso de Chile y oriundo de la zona- pondrán su granito de arena en los intentos por despejar el cielo.
El sabio Juan Ñanculef afirmó a la AFP que realizará un ritual justo antes de que empiece el eclipse para pedir a la naturaleza que deje de llover, como hacían sus antepasados. “Antiguamente era 100% efectivo. (...) Yo lo voy a intentar”, explicó.
Para los mapuches, cuando la Luna cubre al Sol trae un mensaje de cambio, a veces negativo pero también de equilibrio.
Así es que algunos mapuches atribuyeron los cambios sociales y políticos que sacudieron a Chile desde octubre de 2019 al eclipse total de Sol que se vio el 2 de julio de ese año en una suerte de fiesta masiva en el desierto del norte del país.