06 jul. 2024

El estacionamiento tarifado es un castigo para la ciudadanía

Como ha quedado en evidencia, el único fin del estacionamiento tarifado en Asunción es el de recaudar. En consecuencia, el ciudadano es el sujeto directamente perjudicado, al contrario de lo que se debería esperar de las decisiones de autoridades municipales cuya principal razón de existencia, como institución, es la de satisfacer las necesidades de los vecinos, vale decir, sus contribuyentes. La implementación adolece de errores propios de un proceso improvisado y no resuelve el principal problema que es ordenar el caos en la capital.

Los primeros días de implementación del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción no han resultado ser una experiencia positiva. Los errores por la improvisación han quedado patentes y contribuyen a seguir generando el rechazo generalizado por parte de la ciudadanía.

Desde un primer momento se entendió que el afán recaudador se ubicaba por encima de cualquier tipo de objetivo de ordenar el caos en el tránsito, pues resulta más que evidente que la ciudad ofrece muy poco bienestar, comodidad o seguridad a sus ciudadanos. Cobrar por estacionar en el centro o en zonas muy concurridas no resuelve los problemas de fondo que aquejan a la capital del país, solamente supone desmedidas ganancias para la empresa que ha sido adjudicada para prestar el servicio.

Cuando se quiebre la relativa calma de enero, con el retorno a clases de niños y jóvenes, y cuando la población se reintegre a sus actividades tras sus vacaciones tendremos un panorama completo que nos va a demostrar que la medida de cobrar por estacionar, en realidad no resuelve absolutamente ninguna de las reales carencias a nivel de organización urbana.

Esto es evidente para la población que debe soportar las calles en mal estado, no solo adornadas de baches y pozos, sino además sucias, con veredas rotas; con aire contaminado por los gases de los miles de vehículos que copan las estrechas calles saturadas por automóviles y motocicletas que son la única opción de movilidad para los ciudadanos que residen en la capital y en su área metropolitana, pues carecemos de un sistema de transporte público.

Uno de los aspectos más graves de esta situación es la total desconexión con la realidad de la que hacen gala las autoridades municipales. En un momento en el que arreciaban las críticas y los cuestionamientos, cuando incluso en las primeras horas de implementación del sistema de cobro por el estacionamiento se produjeron lamentables errores técnicos en el funcionamiento de la aplicación de Parxin, empresa privada que maneja el servicio, algunas autoridades en vez de ofrecer respuestas a la ciudadanía y calmar los encendidos ánimos, se dispusieron a realizar absurdas comparaciones entre Asunción y ciudades del primer mundo.

En un intento de justificar la implementación del estacionamiento tarifado en la caótica capital, el jefe de Gabinete, Nelson Mora, realizó una comparación del cobro en ciudades como Berlín, la capital de Alemania. Estas declaraciones generaron todo tipo de reacciones por parte de los ciudadanos quienes pusieron énfasis en las abismales diferencias entre la capital de Paraguay y la capital de Alemania. Como señalaba un comentario de las redes sociales: “Alemania es un país de primer mundo y Paraguay tiene el peor transporte público”; “En Berlín, además del estacionamiento tarifado tienen metro, tranvía, bicicletas, autobuses eléctricos de los más económicos y ninguno es manejado por empresas privadas, son todas estatales, pero obvio que no podemos comparar el chiste de gobierno que tenemos nosotros”.

El ciudadano de a pie, el estudiante y el trabajador nada ganan con la implementación del cobro por estacionamiento, por el contrario son los principales perjudicados por autoridades que toman decisiones en contra de sus propios electores y contribuyentes.

La medida es improvisada y no ofrece respuestas al verdadero problema, Asunción y el resto de las ciudades del país carecen de un sistema de movilidad eficiente, que le aseguren al ciudadano calidad de vida, por tanto continuará el padecimiento de quienes son víctimas diarias de un transporte público caro e ineficiente, pues en el Paraguay, las autoridades no gobiernan para el beneficio de la población.

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