Actualmente, la güiña enfrenta la pérdida y fragmentación de su hábitat natural, el bosque nativo, así como la transmisión de infecciones y enfermedades. Además de ser víctima de ataques por parte de perros y otros gatos, a esto se suma la caza ilegal, ya que generalmente son asesinados para evitar la muerte de aves de corral.
La güiña proviene del mapundungun —idioma de los mapuches, un pueblo amerindio que habita en Chile y Argentina— y significa cambio de morada. Este animal es usualmente estigmatizado por ser un “ladrón oportunista”, pero lo hace ya que su hábitat está siendo depredado y explotado, lo que lo lleva a acercarse a los asentamientos humanos.
Por esa razón, desde el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de Chile anunciaron que un proyecto buscará salvaguardar su existencia con ayuda del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) y National Geographic, informó el portal Biobiochile.
La científica del IEB y directora del proyecto, Constanza Napolitano, indicó que con esta iniciativa se busca mitigar las principales amenazas que enfrenta la güiña en la actualidad.
“La protección de este felino funciona como un paraguas, ya que muchas otras especies se verán beneficiadas de forma indirecta por las medidas contempladas en este plan, ayudando también a la conservación del bosque templado lluvioso y esclerófilo”.
El proyecto se llevará a cabo en las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Bío Bío, Araucanía y Los Ríos.
Parte de la estrategia será elegir una localidad rural cercana a un área protegida, en cada región, dado que estas comunidades ejercen una presión directa sobre zonas de alto valor para la conservación, explicó la especialista.
“La fragmentación y destrucción de hábitat es difícil de abordar por su gran extensión y porque tiene a muchos actores involucrados, como por ejemplo, la industria inmobiliaria, que lotea parcelas de agrado y subdivide la tierra, aumentando la densidad de gente con perros y gatos en áreas rurales, o las empresas forestales, todas ellas queriendo maximizar ganancias”, lamentó Napolitano.
Sostuvo que para ello es fundamental la comunicación con cada uno de los actores e impulsar buenas prácticas de uso de suelo para un manejo sustentable del paisaje, como conservar la vegetación en cuencas y entre parches de bosque, para convertirlos en corredores biológicos que permitan el desplazamiento de la güiña.
Además, se tiene contemplado la instauración de subsidios para el mejoramiento de gallineros que pretende resguardar a las aves de corral, con el propósito de impedir el ingreso de la güiña y su posterior caza.