Desde el 28 de junio la administración pública surcoreana ha pasado a emplear solo el sistema internacional para calcular la edad, basado en la fecha de nacimiento, y ha dejado de usar tanto el conteo tradicional coreano como un tercer método alternativo que se usaban para ciertos documentos.
En el sistema tradicional coreano toda persona tiene ya un año al nacer (antiguamente se consideraba que la gestación duraba en torno a un año) y además todo el mundo, independientemente del día en que nació, cumple un año automáticamente cada 1 de enero.
Este sistema hace que, por ejemplo, un bebé nacido el 31 de diciembre, tenga ya dos años el 1 de enero, pese a haber transcurrido solo un día desde el parto.
El tercer método alternativo no sumaba un año automáticamente al nacer pero sí hacía que todo el mundo cumpliera un año al mismo tiempo con la llegada del Año Nuevo.
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De este modo, los surcoreanos son desde esta semana uno o incluso dos años más jóvenes sobre el papel, algo que promete generar cierta confusión en pequeños apartados de la vida diaria ya que el conteo tradicional, procedente de la tradición china, “es parte de la psique nacional” -tal y como escribía en un editorial esta semana el diario Korea Times- en un país con sólidas tradiciones neoconfucianas.
“La verdad es que a nivel administrativo, acabó de retornar de golpe a la treintena, algo de lo que no puedo quejarme”, cuenta a EFE Park Hyeon-mi, oficinista de 39 años.
Pero a su vez Park afirma que poner fin al conteo tradicional o al alternativo en documentos no cambia prácticamente nada porque los surcoreanos tienen muy interiorizado el sistema antiguo.
Por ejemplo, guarderías o colegios de primaria han vivido episodios de desconcierto esta semana según relató una profesora de jardín de infancia a la agencia Yonhap.
En los cursos inferiores los años se contabilizaban por el sistema tradicional, con lo cual todos los alumnos tenían la misma edad, algo que ayudaba a armonizar las aulas hasta esta semana, cuando algunos de golpe se han vuelto un año o dos años más jóvenes que sus compañeros.
“Los estudiantes de los cursos más bajos normalmente están muy orgullosos cada vez que cumplen años, así que algunos han llorado porque desde hoy son dos años más pequeños”, relató la mencionada profesora.
En cambio, a los cursos superiores este cambio de conteo no les afecta en absoluto, ya que saber la fecha exacta de nacimiento de un compañero o compañera es capital para poder usar los honoríficos correspondientes del idioma coreano para referirse a una persona, una costumbre con la que se cumple a rajatabla una vez que uno deja atrás la infancia.
Precisamente por esto, empresas que organizan citas a ciegas para emparejar a gente con vistas al matrimonio, costumbre bien arraigada en Corea del Sur, encaran ahora un dilema al tener que especificar concretamente qué tipo de conteo van a usar al anunciar la edad de sus clientes, los cuales deben tener siempre claro si la persona que tendrán delante es mayor o menor que ellos de cara al uso de honoríficos y a las propias expectativas de la relación.
“La edad es importante cuando se acude a una cita. Puede que haya confusión si el método para calcularla cambia de repente. De momento, nosotros vamos a seguir usando el conteo tradicional”, explicó también a Yonhap un representante de la empresa de citas Duo.
Fuente: EFE.