28 ene. 2025

¿El fin del sueldo mínimo?

Una gran polémica se generó con respecto a las expresiones realizadas por el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, con respecto a la eliminación del salario mínimo. El funcionario explicó que si al grado de inversión, a la energía barata y la infraestructura se le suma una normativa laboral flexible, esto dará al país mayor conectividad, y, por ende, atraerá a más inversores.

Las expresiones del ministro fueron dadas desde una postura personal, ya que, al menos hasta ahora, no existe propuesta alguna desde el Poder Ejecutivo de eliminar el sueldo base.

Así como es importante aclarar que un sueldo digno está garantizado por la Constitución, el tema salario mínimo tiene posturas a favor y en contra por qué son pocas las personas que lo percibe. Pero es la inoperancia de las instituciones permite que el número de trabajadores formales es mínimo. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) solo el 11% de la población ocupada en el país percibe un salario mínimo, unas 377.000 personas aproximadamente y un 24% gana incluso menos del sueldo básico, alrededor de 840.000 de personas.

El impacto del salario mínimo en la fuerza laboral del país es ínfimo. Pero, cuando este sube, todo lo que compramos también cuesta más caro. Un ejemplo claro se da en las lomiterías u otro tipo de comercio gastronómico informal. Estoy casi seguro de que ningún empleado de esos locales alcanza el salario mínimo. A pesar de esto, este es uno de los primeros rubros que sube sus precios cuando se da el reajuste del sueldo base.

Es ahí donde volvemos a lo mismo respecto a la ineficiencia de las instituciones, que en su mayoría están manejadas por políticos. Quienes trabajan de forma legal, se ven perjudicados por quienes no lo hacen. Pero ¿eliminar el sueldo mínimo es la solución?

“Lo que todos queremos es que el paraguayo gane cada vez más y no un salario mínimo que ya es bajo. El salario mínimo se mejora, en el futuro, eliminándolo. No hay salario mínimo en Suecia y Noruega. Lo que se debe hacer es flexibilizar para que las empresas en el mundo digan que este es un país espectacular. Las empresas van a decir que hay energía barata, que hay grado de inversión, que hay logística e infraestructura y condiciones laborales flexibles”, aseguró el ministro Giménez durante su visita a una emisora local.

No deja de ser cierto que existen países de primer mundo que decidieron eliminar el sueldo mínimo y donde la mano de obra es tan valorada que los salarios son atractivos y suficientes como para atraer mano de obra extranjera. Pero otra realidad es que estos países no están llenos de planilleros, hurreros y políticos que, como una sanguijuela, exprimen cada guaraní de lo que, quienes trabajan en forma legal, pagan en concepto de impuestos.

Antes de siquiera pensar eliminar el salario mínimo, con la intención de convertir al país en un destino más atractivo para los inversores, se debe enfatizar en la necesidad de contar con seguridad jurídica y acabar con la corrupción que permeó en todas las instituciones. Es decir, existen otras cuestiones prioritarias antes de dar ese paso o pensar en realizar esta modificación.

Mientras el país y sus instituciones sean informales, seguirá siendo una constante que existan empleadores que se ríen en la cara de los inspectores del Ministerio de Trabajo y seguirá siendo ínfimo el número de empleados que tengan “el privilegio” de ganar un sueldo base, que en realidad se ha convertido para muchos en un sueldo techo.

Hoy las microempresas, con la nueva Ley de Mipymes, tendrán la posibilidad de pagar un salario de hasta 80% del inferior al salario mínimo y para muchos esto simplemente constituye la legalización de la informalidad.

El único camino para mejorar las condiciones laborales es empezar con la equidad. Para ello, será clave erradicar los vicios de la política prebendaria y clientelista.

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Darío Lugo — @darilu1970