“Además de mejorar su administración tributaria, Paraguay debería revaluar los regímenes tributarios para sectores y actividades específicas, y considerar una reforma tributaria”, dijo el organismo en un comunicado.
El FMI opinó que la mejora de la recaudación es crucial “considerando las necesidades sustanciales de gasto de Paraguay en sectores críticos para el crecimiento”.
Señaló que la pandemia de Covid-19 ha dejado “al descubierto las deficiencias del sistema de salud pública, pero la educación también carece de recursos, y las necesidades de inversión en infraestructura básica y de resiliencia frente al cambio climático son grandes”.
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En ese sentido, propuso “eliminar el desperdicio” de recursos y “aumentar la eficiencia del gasto” mediante asociaciones con el sector privado.
Sin embargo, consideró que estos instrumentos son insuficientes para “cubrir las brechas”, si no se emprende una reforma tributaria.
El FMI explicó que la economía paraguaya enfrenta “complejos desafíos” por el impacto de la pandemia de Covid-19, las sequías recientes y la subida global de precios.
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Pero aplaudió las reformas que se están tramitando en materia de contratación pública y estructura del estado porque consideró que contribuirán a “reducir los riesgos de corrupción”.
Aunque el FMI calcula que el crecimiento del PIB paraguayo para 2022 será solo del 0,3%, aseguró que las perspectivas a medio plazo son “favorables” y proyectó que para 2023 la economía crecerá un 4,5%.
El Banco Central del Paraguay (BCP) redujo en abril del 3,7% al 0,2% la previsión de crecimiento del país para este año, ante el duro impacto de la sequía sobre la agricultura y otros sectores.
Además, el emisor ajustó de 4,5% a 8,2% la proyección de inflación para este año.