Y es que muchos países latinoamericanos son exportadores de materias primas, algo que jugó a su favor el año pasado, gracias al aumento de precios de los alimentos o el combustible que trajo la invasión rusa de Ucrania, pero que lastrará su crecimiento este año.
“2022 fue el año en el que empezaron a subir los precios de las materias primas, y luego empezaron a bajar, y se espera que en 2023 bajen todavía más”, explicó el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en una llamada con periodistas.
Esto, unido a las agresivas subidas de tipos de interés de muchos bancos centrales para poner coto a la inflación, le ha quitado “algo de impulso” a la región, al tiempo que los gobiernos comienzan a deshacer algunos de los programas de ayuda fiscal.
Las presiones inflacionarias se mantendrán elevadas en muchos países, especialmente en Argentina, donde el organismo proyecta una inflación de más del 98% para 2023, o en Venezuela, donde alcanzará el 400%. EFE