Marcos Ybáñez
Escritor y cineasta
La lucha contra el Covid lo puso en primera línea, lo cual le permitió registrar con su cámara la vida en pandemia con otros ojos, y adentrarse en un mundo de dolor, ausencias, soledades, despedidas y esperanzas, ante las extremas carencias del sistema de salud, lo que hace que la vida, la supervivencia, dependa de malabarismos, protagonizados por el personal de blanco, y los familiares de pacientes.
En la sala de emergencias del Hospital Regional de Ciudad del Este, el cineasta y fotógrafo artístico indígena guaraní aché Melanio Pepangi combatió al Covid-19 en primera línea, durante la larga cuarentena en el Paraguay. A más de ser uno de los mejores fotógrafos del país, es licenciado en enfermería, el primero con título universitario del pueblo Ache, de Chupapou, Canindeyú. Las dos facetas de Melanio Pepangi, enfermero y fotógrafo artístico, le sirven para salvar y retratar la vida en pandemia.
Su nombre completo es Melanio Piaykangi Pepangi Fua’agi, tiene 28 años. En 2020 se hizo acreedor del primer premio del concurso fotográfico Paraguay: el país que me gustaría ver, convocado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el marco de su 75 aniversario y organizado en conjunto con la asociación El Ojo Salvaje. La foto ganadora se denomina Madre estudiante y muestra a Lorena Tejugi, estudiante indígena aché de la comunidad de Puerto Barra, Alto Paraná, viajando a estudiar y amamantando a su bebé
La noticia la recibió en plena guardia en el hospital. No podía creerlo, se quedó atónito, mirando por varios minutos, para convencerse de que en verdad era su nombre el que estaba escrito como ganador. Era la primera vez que premiaban a un indígena en dicha área, en un concurso que reunió a más de 150 fotógrafos profesionales, en un país que pese a hablar mayoritariamente la lengua guaraní, aún enfrenta el problema de la discriminación, hacia los 110.000 nativos, que conforman los 19 pueblos indígenas, que habitan en Paraguay.
VENCIENDO LA DISCRIMINACIÓN
Luego de recibir su título profesional de enfermero, durante mucho tiempo pasó distribuyendo currículo, en el sector público y privado de salud. Una y otra vez la respuesta fue negativa, porque aún prima el color de la piel, la lengua, otros factores políticos y culturales, que constituyen barreras a la hora de dar empleo a un indígena.
“Si hay un blanco que se presenta como candidato para el mismo empleo que un indígena, le dan trabajo al blanco –dice Melanio–. En mi profesión de enfermero tuve que hacer hasta lo imposible por salvar vidas, incluso actuar de partero, ayudando a las madres indígenas a traer niños al mundo, al no poder llegar a tiempo a un hospital público, por la distancia y la exclusión”.
Las mujeres indígenas aún mueren de septicemia, al no poder llegar a tiempo a los hospitales. Se desempeñó por varios años como enfermero voluntario de su comunidad indígena Chupapou, en Canindeyú, donde tienen un puesto de salud precario, con unas pocas medicinas y casi sin equipamientos e insumos, hasta que, venciendo las barreras, lo llamaron del Ministerio de Salud Pública para coordinar el área de salud indígena en Alto Paraná, con un contrato.
Su pueblo Aché, de la familia guaraní, había sufrido genocidio, durante la dictadura en Paraguay, quedando reducido a apenas 300 habitantes. Él y su familia son sobrevivientes del genocidio aché guayaquí. Es por eso, que el premio tuvo un valor histórico, porque es una forma de reconocer la gran diversidad pluricultural que hay en este país, que, pese a los 530 años transcurridos de la conquista y colonización en América, aún conservan la lengua guaraní, así como varias otras lenguas, que hablan los diferentes pueblos indígenas.
EL “OTRO PARAGUAY” INVISIBLE
“Mis fotografías y audiovisuales muestran el otro país, el Paraguay profundo, invisible, anónimo, otras formas de vidas y culturas que habitan dentro del territorio nacional. La felicidad de la gente de las comunidades y también la otra realidad que nadie ve, la discriminación, el racismo, el abandono de parte del Estado”, expresa con un dejo de tristeza Pepangi.
“Mi fotografía fue seleccionada con el primer premio, entre importantes obras de 153 fotógrafos a nivel nacional, que participaron del concurso. Algunos amigos fotógrafos me invitaron para tomar parte del concurso, porque creían que mis fotografías podrían ser reconocidas.
“¡Celebramos la oportunidad de acercarnos a la mirada diversa que su obra representa y nuestra organización felicita a Melanio, por este logro!”, señaló la organización El ojo salvaje.
Melanio Pepangi también participó como camarógrafo y editor de varias películas documentales, dirigidas por el autor de esta nota, como: Nación Guaraní, Manga Ñembosarái, La Última Gota, Primavera Universitaria, Bosque en Llamas, López Rapykuere.