18 oct. 2024

El futuro de México en un nuevo horizonte

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Claudia Sheinbaum Pardo, la presidenta de México

CARL DE SOUZA/AFP


María Gloria Báez

México, oficialmente conocido como los Estados Unidos Mexicanos, es un país clave en América del Norte, con una historia enraizada en sus tradiciones indígenas, coloniales y contemporáneas. Hoy tiene este país a su primera mujer presidenta, Claudia Sheinbaum, quien marca un hito histórico. Con una extensión territorial de 1.964.375 km², lo que lo convierte en el decimotercer país más grande del mundo, México enfrenta desafíos significativos en la economía, la seguridad y la justicia social.
Claudia Sheinbaum (24 de junio de 1962), quien ha sido una figura central en la Cuarta Transformación –proyecto político iniciado por su predecesor Andrés Manuel López Obrador (13 de noviembre de 1953)– debe navegar entre las expectativas de continuidad y las demandas de cambio en un país marcado por profundas desigualdades y un escenario de creciente violencia.

México es un país con profundos desafíos. Con una población estimada en más de 130 millones de habitantes en 2023, se enfrenta a retos estructurales que afectan a su cohesión social y estabilidad política. Entre estos desafíos destacan la desigualdad económica, la violencia ligada al crimen organizado, y una corrupción endémica que ha lastrado el progreso de las instituciones democráticas. A esto se suma la presión geopolítica que ejerce su vecino del norte, Estados Unidos, con quien comparte una relación compleja en temas de comercio, seguridad y migración. La administración de López Obrador sentó las bases de una agenda reformista con un enfoque en la justicia social, la reducción de la pobreza y el combate a la corrupción. Sin embargo, algunas de sus políticas –como la creación de la Guardia Nacional y la militarización de la seguridad pública– han sido objeto de controversia. Claudia Sheinbaum hereda este escenario, con la tarea de continuar con las reformas estructurales iniciadas por López Obrador, mientras introduce su propia visión y liderazgo.

LAS METAS DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN
El discurso de Sheinbaum en su toma de posesión enfatizó la necesidad de seguir adelante con la Cuarta Transformación, un proyecto centrado en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, pero con un enfoque renovado y más inclusivo. Sheinbaum expresó con claridad: “No hay cambio en los principios”, reafirmando su compromiso con los valores fundamentales de justicia social promovidos por su predecesor, mientras aclaraba su intención de liderar con un enfoque propio. Entre los pilares centrales de su administración, Sheinbaum destaca la importancia de garantizar la justicia social, el bienestar del pueblo y la equidad. Durante su discurso, afirmó: “Soy mujer, nací en la Ciudad de México y soy científica”, destacando su formación técnica y su compromiso con políticas públicas basadas en evidencia. Esta declaración subraya el enfoque pragmático y racional que pretende implementar en su mandato, especialmente en temas relacionados con la sostenibilidad y el desarrollo económico.

Uno de los elementos más potentes de su discurso fue su claro compromiso con la igualdad de género. En un país donde la violencia de género sigue siendo una realidad alarmante y donde siete de cada diez mujeres han experimentado algún tipo de violencia, la elección de Sheinbaum es vista como un avance significativo hacia la inclusión y el empoderamiento femenino. México es uno de los países con las tasas más altas de feminicidios en América Latina, con un promedio de más de diez mujeres asesinadas al día simplemente por el hecho de ser mujeres. Muchas veces, estos crímenes quedan impunes debido a la falta de acción efectiva por parte de las autoridades, lo que refuerza una cultura de impunidad y desprotección hacia las mujeres. En su discurso, subrayó la importancia de este momento histórico al declarar: “Por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación”. Aunque López Obrador acogió la paridad de género y los derechos de las mujeres –su gabinete tenía más mujeres que ningún otro anterior–, a menudo desestimó los niveles récords de violencia contra las mujeres. También se burló de las activistas por los derechos de la mujer, a las que acusó de estar manipuladas por los grupos conservadores de México y de oponerse a su programa de transformación. Como jefa de gobierno de la capital, Sheinbaum apoyó la creación de una fiscalía especializada para investigar los feminicidios. Sus programas ayudaron a reducir las muertes violentas de mujeres en un 34%. Pero también ha calificado de “provocaciones” las manifestaciones en pro de los derechos de las mujeres cuando protestaron contra la violación de una menor a manos de oficiales de policía. Sheinbaum ha prometido crear una Secretaría de la Mujer, dedicada a garantizar los derechos de las mujeres y a promover la equidad. Esta agenda de igualdad de género es un paso decisivo hacia la construcción de una sociedad más justa e inclusiva, aunque enfrenta la resistencia de sectores conservadores y desafíos en la implementación de políticas efectivas.

Otro de los temas prioritarios en la agenda de Sheinbaum es la crisis de seguridad que afecta al país. México ha sido testigo de un aumento significativo en la violencia relacionada con el crimen organizado, y estados como Guerrero, Chiapas y Sinaloa están asolados por la presencia de cárteles de la droga que ejercen un control desproporcionado sobre vastos territorios. Aunque los homicidios han disminuido ligeramente en los últimos años, las tasas de extorsión y desapariciones han aumentado, lo que demuestra la magnitud del desafío al que se enfrenta el nuevo gobierno. Sheinbaum ha manifestado su intención de implementar una estrategia de seguridad basada en la inteligencia, en contraposición al enfoque militarizado de su predecesor. En su discurso, hizo hincapié en la necesidad de pacificar el país, destacando que la violencia no puede combatirse solo con el uso de la fuerza militar, sino que debe abordarse desde una perspectiva más amplia que incluya oportunidades económicas, justicia y educación.

Como científica especializada en temas ambientales, Claudia Sheinbaum ha sido una firme defensora de las políticas ecológicas. Durante su discurso inaugural, subrayó la urgencia de adoptar un enfoque más sostenible para enfrentar el cambio climático, declarando: “Nuestro país debe estar a la altura de los desafíos globales en materia ambiental”. México es un país con una enorme riqueza natural, pero enfrenta importantes problemas de deforestación, contaminación y agotamiento de recursos. Sheinbaum ha propuesto una transición hacia energías renovables y ha prometido impulsar una infraestructura verde que permita a México cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático. Su enfoque en la sostenibilidad también se extiende a la modernización de la economía, donde busca equilibrar el desarrollo económico con la protección del medioambiente. Pemex, la empresa estatal de petróleo, enfrenta una crisis de deuda, y el reto de revitalizar la empresa mientras se fomenta una economía verde será uno de los mayores desafíos de su administración.

La relación entre México y Estados Unidos constituye un aspecto crítico del mandato de Sheinbaum. La complejidad de los temas que marcan esta relación –desde el comercio hasta la migración y el narcotráfico– requiere una diplomacia hábil y pragmática. Sheinbaum ha manifestado su deseo de mantener una relación equilibrada y respetuosa con Estados Unidos, subrayando la importancia de la cooperación en áreas claves como la seguridad fronteriza y el comercio internacional.

La proximidad de las elecciones estadounidenses añade un elemento de incertidumbre. Un regreso de Donald Trump al poder podría agravar las tensiones bilaterales, mientras que una presidencia de Kamala Harris podría facilitar un enfoque más colaborativo.

En cualquier caso, deberá navegar cuidadosamente en este escenario para garantizar que los intereses soberanos de México sean respetados, al tiempo que fomenta una relación beneficiosa con su vecino del norte. La presidencia de Claudia Sheinbaum no solo marca un cambio de liderazgo, sino también un momento decisivo para el futuro de México. Su capacidad para liderar en un contexto de desigualdad, violencia y desafíos estructurales será fundamental para determinar el éxito de su gobierno. Con un enfoque que equilibra la continuidad de las políticas de la Cuarta Transformación y un impulso hacia la modernización y la sostenibilidad, la nueva presidenta de México tiene la oportunidad de redefinir el legado político del país. Como dijo en su discurso: “La historia de México no es la de unos pocos, sino la de todas y todos”. Esta declaración refleja su visión de un México más justo, inclusivo y próspero, que aspira a ser líder no solo en la región, sino en el escenario global.

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