18 abr. 2025

El garrote colorado

Miguel H. López – TW: @miguelhache

El garrote siempre fue símbolo de lucha y también de duros golpes hacia la humanidad de alguien. En ese sentido, después del 2 de agosto pasado, cuando el Parlamento sancionó la ley de subsidio a la deuda agraria campesina, emergió con mucha fuerza esta figura en sentido esquilmador y negativo.

Cartes había anunciado que promulgaría la normativa, pero una vez sancionada (con voto disidente de su sector) borró con el codo lo dicho y vetó la ley. Este gesto –amén de hablar de lo pusilánime de su palabra (de él mismo) y de lo temblorosa de su lapicera– constituyó un golpe en las costillas de los campesinos que mayoritariamente forman parte de esa franja de población para la que él definitivamente no gobierna.

Esta circunstancia estuvo precedida de actitudes violentas e irrespetuosas desde el poder hacia los labriegos. El discurso encarnó en la ministra de Hacienda, Lea Giménez, a la sazón una mujer tecnócrata e ignorante como persona y ciudadana. Mediocre en su actitud y en el cumplimiento de su función como empleada del Estado, calificó de cavernícolas a los campesinos que se manifiestan con palos en las manos (símbolo sempiterno de su lucha agraria); y arguyó que era inaplicable el subsidio. Una afirmación mentirosa que no es técnica sino política; y que tiene un claro posicionamiento anticampesino.

El mismo presidente del Partido Colorado, Pedro Alliana, denostó en contra de la decisión de los legisladores, a la que calificó de “una locura” y de que la movilización campesina en Asunción era un marco de conflicto que buscaba desestabilizar al Gobierno e instalar un muerto bajo represión. Mentiras que van cayendo por su peso.

Los gremios de la producción y la industria, mayoritariamente subsidiados siempre por el Estado, ya desde la época de la dictadura stronista con exención fiscal inclusive, y socios de sector de Cartes, aplaudieron el rechazo a la ley después de presionar al poder político en ese sentido.

Luego del veto del Ejecutivo a la ley de indemnización de la deuda campesina, el sector de Colorado Añetete, liderado por el neostronista Mario Abdo Benítez, que inicialmente votó a favor, cambió y ahora está en contra. Esta conducta fundada en oportunismo político y empresarial ayudó a que Diputados aceptara el veto y ahora en el Senado haya un sostenido lobby para lograr lo mismo, mientras los campesinos buscan que la Cámara Alta rechace la decisión del Ejecutivo.

En todos estos hechos, ¿quién dio palos a quién?

El golpe contra los campesinos, víctimas de la mala gestión del Ministerio de Agricultura, de los malos gobiernos y de la mala política económica, es tremendo.

Analizando los hechos, históricamente, todas las veces que se aplicó el garrote contra los campesinos, lo hicieron los gobiernos colorados.