@maikbenz
Con 25 años, fue uno de los constitucionalistas más jóvenes de la Convención Nacional Constituyente de 1992. Pese a tener fuertes raíces coloradas, el abogado indicó que es muy crítico con su partido y por ello decidió salir de la Comisión Asesora para la revisión del Tratado de Itaipú, que promueve actualmente la Cancillería. Apuntó que el presidente Mario Abdo Benítez no está teniendo una postura sólida de cara a las conversaciones con los brasileños y enfatizó que la posición paraguaya sobre este tema ya tiene que estar definida para el 2020. Remarcó que nuestro país tiene una gran herramienta desde el punto de vista jurídico para renegociar Itaipú y solo falta un equipo idóneo, que ponga esas cartas sobre la mesa.
–¿Cómo ve la conformación de la Comisión Asesora?
–Hay gente interesante y otra muy cuestionada. Hay juristas interesantes, está el Dr. José María Cardozo, quien fue consejero de Itaipú. Están el Dr. Jorge Gross Brown, Adolfo Ozuna y Mario Paz Castaing. La comisión jurídica es bastante homogénea, el problema es la integración de todas las comisiones, son demasiadas personas, alrededor de 30. Tenés gente que estuvo a favor del acta bilateral de Itaipú, ya anulada; tenés gente en contra. Hay gente que siempre sostuvo que la Nota Reversal 2/17 de Yacyretá (acuerdo Cartes-Macri) fue una entrega de la soberanía y a otras personas que firmaron el documento, como Ángel Recalde. Entonces, ¿cómo hacés para conjugar todo eso en una sola posición? No podés mezclar el agua y el aceite. Dicen que van a empezar a realizarse foros, pero ya no tenemos tiempo para eso, tenemos el cronómetro prendido, para fines del 2020 ya debemos tener nuestra postura.
–¿Qué otros aspectos le hicieron desistir de formar parte de la comisión?
–Otro factor es cómo se está llevando la conducción de Itaipú. Tras el acta hubo cambios en las direcciones general, técnica y financiera, pero no en la jurídica. Se trajo a la Dra. María Antonia Gwynn para el Consejo de Administración, pero los directores son diferentes, están en el día a día. Mucha de la gente que estuvo involucrada en el acta bilateral está en la Comisión Asesora y sigue en la Itaipú. Entonces, ¿cómo vas a llevar un asesoramiento y una negociación después?
–¿Y por qué asistió a las primeras reuniones?
–Yo soy afiliado al Partido Colorado desde hace 34 años, mi partido está en función de Gobierno. Por ende, si me invita a formar parte de una comisión, no puedo decir que no, de buenas a primeras, a un servicio a la patria. Por eso acepté el 2 de agosto, pero recién se reunió la comisión el 2 o 3 de setiembre. Puse unas interrogantes cuando me fui, pero no me respondieron en todo este tiempo. Presenté renuncia antes de que se eleven los nombres al Poder Ejecutivo y que salga el decreto. Lo ideal hubiera sido una comisión asesora pequeña, que pueda llegar a conclusiones positivas, y que esté conformada por personas que siempre estuvieron a favor de los intereses nacionales.
–¿Considera que el Gobierno está llevando mal las negociaciones?
–No veo que haya una decisión de defender los intereses nacionales como estamos esperando los paraguayos, como una causa nacional, con un Gobierno firme y decidido. Esto se vio en la votación de Añetete sobre el acuerdo Cartes-Macri. Marito dijo una cosa cuando era candidato, pero después respaldaron el acuerdo. Tenían una línea antes de las elecciones y otra cuando llegaron al poder. De la misma manera, no veo que el tema de Itaipú estemos llevando bien. El Gobierno no da una señal clara, no veo que esté trabajando en una línea que transmita una defensa férrea de los intereses nacionales. Al no integrar esta comisión, en el fondo, estoy diciendo que no estoy de acuerdo en cómo el Ejecutivo está manejando este tema.
–¿El aspecto legal puede ser nuestra mejor arma para conversar con Brasil?
–Tenemos armas legales que nunca hemos utilizado. Por ejemplo, Paraguay firmó el Tratado de paz y límites con el Brasil, estando nuestro país ocupado. Nunca hemos impugnado ese documento leonino, producto de una derrota en una guerra. Nunca hemos considerado recurrir a tribunales internacionales. Nunca hemos considerado impugnar el Tratado de Itaipú por ser lesivo para los intereses paraguayos. En una mesa de negociación se puede poner todo esto, así como Brasil te pone autopartes, contrabando, te habla de otras cosas cuando negocia. Así también, Paraguay tiene una artillería de temas que puede poner.
–¿Cómo se podría implementar esto?
–Nuestro país tiene muchas herramientas legales, pero debe tener también los interlocutores adecuados y el discurso adecuado. A Brasil no le conviene tener un Estado casi fallido, le conviene un país desarrollado, en el que muchos brasileños han invertido y con el cual pueda tener una armónica relación bilateral. En la negociación hay que plantear esto y Paraguay tendría que conseguir el derecho para vender su energía excedente a terceros países. Sí puede darle una cierta preferencia al Brasil, al socio que hizo Itaipú, pero no una exclusividad cerrada como ocurre hoy. Nuestro país necesita llevar sus relaciones internacionales hacia el Pacífico y la energía eléctrica puede ser clave. Para nosotros puede ser importante que Bolivia compre nuestra electricidad. Todo esto se tiene que poner en una negociación. Los negociadores tienen que ser muy hábiles para proyectar una ventana país atractiva, para que Brasil también negocie.
–¿No ve complicado dialogar con los brasileños?
–El brasileño respeta al paraguayo que tiene credenciales, profesionales, de estudio y políticas adecuadas. El Brasil no se va a enojar porque Paraguay defiende sus intereses y tampoco tenemos que enojarnos nosotros porque los brasileños defienden sus intereses. Tenemos que ser inteligentes. Pero si enviamos gente genuflexa, servil y acostumbrada a recibir propinas o ventajas políticas, ahí no podemos negociar. Y ese rumbo es el que tendría que definir el Gobierno, y no veo que defina.
–¿Qué podemos esperar entonces?
–Tenemos que poner pesos pesados, jóvenes y experimentados. Debemos armonizar la posición en casa, un equipo con posiciones comunes. Va a ser difícil satisfacer a todos los sectores, seguro vamos a ceder algo y también recibir algo. Pero se tiene que notar que la defensa de los intereses nacionales es férrea. Así como está el Tratado de Itaipú hoy, no nos conviene.
Tenemos muchas herramientas legales que nunca hemos utilizado. Todos estos temas se pueden poner en una mesa de negociación. Así como Brasil pone temas como autopartes y contrabando.
El Tratado de Itaipú, como está hoy, no nos conviene. Paraguay debe vender su energía a terceros países e ir llevando sus relaciones internacionales hacia el Pacífico.