En esta entrevista, la senadora del PDP, Desirée Masi, criticó las designaciones en las binacionales en las últimas semanas. No hizo una evaluación de los primeros 30 días de Mario Abdo Benítez por considerarla extemporánea. Habló del ex presidente Horacio Cartes, a quien calificó de mentiroso compulsivo y jefe del crimen organizado.
–¿Es importante la presión ciudadana para que las autoridades sepan que hay un ojo contralor?
–Es más que importante y sobre todo en países como el nuestro, en el cual las instituciones son débiles o fueron debilitadas adrede por los grupos de poder políticos y económicos. Sin olvidar a los poderes fácticos. En este momento, por las circunstancias especiales, el descontento se centra en el Legislativo. Aplaudimos, acompañamos y ojalá tenga continuidad en el tiempo. Pero no se puede soslayar la gran responsabilidad de los operadores de justicia como la Fiscalía, que está actuando de acuerdo a las expectativas de sanciones ejemplares que se solicitan y menos aún el nefasto Poder Judicial. No es un intento, aclaro, de quitar del foco al Congreso. Es resaltar la necesidad que combatir la corrupción/impunidad, dentro de un marco sistémico. Es un cáncer que tiene metástasis y afecta a todo el Estado paraguayo. Tampoco quiero dejar de mencionar al sector privado. Hay excepciones, pero las grandes coimas, la megaevasión tributaria, el contrabando mayor, la deforestación a gran escala, el sobrecosto en obras y servicios públicos, sistemática violación de normas básicas del Código Laboral, son inaceptables. ¿Cuántas denuncias hemos escuchado desde el interior de esos gremios? Casi ninguna.
–¿Hay algún conflicto personal que no conozcamos entre usted y Cartes por eso casi siempre la nombraba en su discurso?
–Ni mi partido ni yo tenemos una cuestión personal con Cartes. El problema es que Horacio Cartes es el jefe de una gavilla del crimen organizado y yo formo parte de un partido que siempre se ha enfrentado a esa y otras mafias que se quieren apoderar de la República del Paraguay. Y lo vamos a seguir haciendo.
–¿Cree que Cartes ya no volverá a intentar jurar como senador?
–No descarto nada con Cartes. Es un mentiroso compulsivo y un violador serial de la Constitución Nacional, además de jefe del crimen organizado.
–¿Qué opina de lo que aprobaron los diputados respecto a crear una comisión para reglamentar el Art. 201 que habla de la pérdida de investidura?
–No hace fata una comisión. Es sencillo, anteproyecto de ley con los plazos perentorios, que de hecho ya estaban en la ley derogada, presentación de denuncias, plazo para defensa y decisión final. Es importante, sea quien sea, garantizar el debido proceso y la defensa. Ese es un principio básico en una República.
–¿Es un blindaje lo que hicieron ayer?
–Vamos a ver la propuesta que sale de esa comisión. Mientras tanto, es una medida dilatoria, sin lugar a duda.
–¿Cómo es posible que en Diputados no pudieron sacar la investidura a Portillo en todos estos meses?
–Habría que ver qué pasa exactamente en el interior de las bancadas. Su propio partido (PLRA) retiró el apoyo. Desconozco los motivos. Es más. todavía no me explico por qué tienen pendientes tres casos de desafuero de diputados solicitados por la Justicia. ¿Por qué no tratan? No sé si hubo alguna explicación razonable al respecto. Pero si no responden casos que cuentan con oficios judiciales, se puede sospechar que, aparentemente, más allá de los discursos, está primando cierto corporativismo.
–¿Qué opina de las designaciones en las últimas semanas en las binacionales, por ejemplo, el padre de José María Ibáñez, entre varios otros?
–Desacuerdo total y reprocho. Se entiende que el Ejecutivo gobierne con personas de su afinidad política, no es esa la crítica. Es la falta de idoneidad y, sobre todo, la vinculación familiar. Si bien en todos los entes públicos se deben priorizar los méritos, más en las binacionales. Están en un momento histórico, puede significar un antes y después. Ahí están nuestros recursos que tanto necesitamos para despegar como país y nuestra soberanía. Deben estar las mejores personas, las más capacitadas sobre las que no existan dudas de su integridad y honestidad. ¿Qué mensaje damos no solo a la sociedad paraguaya, también a nuestros socios con este tipo de nombramientos? De nuevo, imagen de poca seriedad y de improvisación. Se habla en los discursos de causa nacional, pero en la práctica, con este tipo de acciones, no pasa de ser un discurso vacío.
–¿Cree que Mario Abdo está siguiendo los pasos del gobierno anterior con ese tipo de contrataciones?
–Siguiendo un modelo de pago de favores políticos en un Estado clientelista y prebendario que ya no da más. Si seguimos abonando ese modelo, no hay margen para financiar lo que nos interpela: la pobreza, la salud, la educación, la seguridad. Considero que no se está haciendo una lectura adecuada de la situación actual, del hartazgo real de gran parte de la sociedad. Paraguay es una olla a presión en estos momentos. El presidente como cabeza del poder administrador y como líder tiene no solo la obligación política, tiene la obligación moral, de al menos iniciar o dar señales reales que habrá cambios en el manejo de la administración pública. Cuando la mayoría de la sociedad está prácticamente en la sobrevivencia diaria. Este tipo de acciones dañan la credibilidad y la esperanza.
–¿Cómo analiza el primer mes de gobierno?
–No se puede evaluar un gobierno en 30 días.
–Si deben vetar designaciones en los ministerios, ¿qué ministro/a vetaría?, ¿por qué?
–Dijimos en su momento que el PDP respeta en los primeros 100 días las designaciones de ministros. Hicimos lo mismo con todos los presidentes. No hay diferencia con el presidente actual, así como no habrá, si consideramos que existen falencias, errores o irregularidades, en el funcionamiento del Ejecutivo. Somos oposición y en ese lugar estamos por voluntad popular y vamos a cumplir ese rol fuera y dentro del Congreso. Hace mucho tiempo, en el mundo, ya no se discute cuál es el rol de la oposición en el Poder Legislativo, ser contralor y contrapeso de los otros poderes.
–Desde el cartismo instalan la idea de que Mario no tendrá estabilidad, ¿es eso una advertencia?
–No se puede saber cuándo dicen la verdad o cuándo mienten. Algunas veces manifiestan eso e inventan un supuesto pacto con la oposición que no existe. Otras, que están a disposición, sin condicionamientos para apoyar al gobierno que es de su partido. Más allá de esto, algunos estamos hartos de las eternas internas de la ANR. Que se pongan de acuerdo o no, que diriman sus diferencias dentro del marco democrático, pero el país no se merece estas permanentes turbulencias del partido de gobierno. Que prioricen el país, para eso fueron elegidos.
–¿Qué le preocupa que pueda suceder en este gobierno?
–Imagino lo que preocupa a muchos, que no se inicien al menos los cambios necesarios para disminuir las desigualdades que son amorales en nuestro país. Desde el momento en que hablan de no tocar nada de la injusta carga tributaria, se puede suponer que los cambios para el sector mayoritario que se encuentra en la desprotección social absoluta, probablemente, no tendrán respuesta a mediano plazo. No basta con “mejorar la calidad del gasto”. Los indicadores tienen una gran virtud, no tienen color y no son fanáticos. Somos uno de los países más desiguales del planeta, el más desigual de la región y con la menor carga tributaria. Se debe mejorar la calidad del gasto, disminuir la evasión y que los que tienen más paguen más. Se puede hacer esto.
–¿Sigue hablando con Abdo?
–A pesar de los mitos y leyendas que se pretenden instalar de un supuesto acuerdo con el presidente, en lo que va del año, hablamos con Mario Abdo, como partido, en dos ocasiones. En abril, luego que terminó el proceso en el TSJE, visita protocolar, y en junio con otros lideres de bancada sobre elección de mesa directiva del Senado y designaciones para CM y JEM. En este momento, no hay ningún tipo de diálogo, formal o informal.
–Si debe recomendarle algo al presidente, ¿que sería?
–Me da risa esta pregunta porque dicen que no hay que dar consejos a quien no los pide. Quizás dos. Que no se enamore de sus propias ideas y lo segundo sería que el voto de la gente no es equivalente a un cheque en blanco.