–El anuncio de suprimir la estabilidad laboral causó mucha polvareda en estos días. ¿Tiene realmente el Ejecutivo un proyecto ya hecho o todavía están en fase de preparación?
–Este es un tema que estamos trabajando desde hace más de un año, en el que detectamos cuáles son las falencias y fallas dentro del Código Laboral actual y lo que pretendemos es abrir el diálogo y no presentar primero el proyecto y después convocar a las partes al diálogo. Ahora, queremos primero abrir el diálogo con base en los diagnósticos, a las recomendaciones y a las propuestas presentadas en las mesas de diálogo social para proponer los capítulos a estudiar.
–No se trata solo de eliminar la estabilidad, también cambiarán otros capítulos del Código?
–Sí, nosotros observamos, por ejemplo, que tenemos que revisar el capítulo de los contratos de trabajo, para mejorar las condiciones, pero por sobre todo para incorporar otro tipo de contratos que hoy no existen en la ley, pero sí en la práctica. Otro punto tiene que ver con las licencias, hay muchos tipos de licencias esparcidas en diferentes leyes, que debemos unificarlas. También está el tema de los descansos, un aspecto muy importante y otro es el régimen sancionatorio. Nosotros hoy, por ejemplo, dentro de los sumarios administrativos no tenemos suficientes elementos como para poder determinar o tipificar todo y está establecido en jornales, que ya quedó desfasado, al igual que lo referente a la solución e intermediación de conflictos, que no es obligatorio, lo que hace que la patronal no se presente en las audiencias, cuando hay un conflicto, lo que hace que el trabajador quede vulnerado en sus derechos.
–¿Qué otros capítulos o artículos piensan modificar?
–El tema de la inamovilidad laboral, que figura en el Capítulo 10 del Código del Trabajo, así como otras cuestiones que tienen que ver con las suspensiones del contrato, además de un punto que pidieron muchas empresas, que tiene que ver con fraccionamiento de las vacaciones; todas estas cuestiones vamos a ir revisando para poder mejorar, por sobre todo, las garantías y brindar una mayor protección al trabajador. Todo esto tiene que ir enfocado a mecanismos de control claros, a sanciones que puedan revertir la situación de la informalidad, así como la obligatoriedad del seguro social tiene que quedar reforzada. Hoy, parece, que solo la carta orgánica obliga al seguro social y el Código Laboral como que se desliga un poco del problema, sin embargo la informalidad es el principal dilema social que estamos teniendo y, seguramente, los sindicatos y los empresarios tratarán otros aspectos como las negociaciones colectivas y los contratos de trabajo colectivos. Estos temas también queremos reforzar y bajar sobre la mesa para que todos tengan su oportunidad de poder establecer los criterios más acordes dentro del equilibrio que tenemos que alcanzar como Gobierno. No podemos salir ni a favor ni en contra de esto, sino mantener siempre las garantías de los derechos del trabajador.
–Pero en el caso de que se elimine la estabilidad, ¿qué opciones le darán a los trabajadores o qué derechos reforzarán para evitar los abusos?
–No vamos a bajar absolutamente nada de lo que ya está como piso y la gente no tiene que ver esto como que siempre su derechos quedarán así; sus derechos pueden ser mejorados como, por ejemplo, el aspecto de los descansos son sumamente importantes, por los altos niveles de estrés que se generan en el trabajo. El ritmo de vida cambió radicalmente con respecto al año 60 cuando se creó el Código del Trabajo, tenemos 60 años de las mismas vacaciones, por qué no plantear poder mejorar el tiempo de descanso. También mejorar el tema de la progresividad y de los niveles de indemnización, que son muy bajos, cómo serán, si se aumentarán a medida de los años de servicio, eliminar la judicialización, que permitirá evitar que el trabajador incurra en gastos innecesarios en juicios, implementar el seguro de desempleo, que es un proyecto ya trabajado en época de pandemia, que se puso sobre la mesa en muchas oportunidades, pero quedó trabado por la pandemia, porque no era un momento adecuado.
–¿Cuándo entregarían el proyecto de ley al Parlamento para su estudio?
–No tenemos un tiempo para entregar el proyecto, ya lo aclaró el presidente Peña, porque toda reforma toma su tiempo y antes se convocará a un diálogo.
–¿Cuándo sería la convocatoria a las partes para negociar sobre la mesa, como Ud. mencionó?
–Vamos a empezar convocando al Consejo de Expertos, en primer lugar a los juristas destacados y luego ya convocar a las centrales sindicales. Creo que la semana que viene vamos a empezar esta dinámica ya con estos actores, para sentarnos a discutir. Estas convocatorias serán las acciones más relevantes, nosotros no queremos que este tema decaiga, queremos que continúe, porque nos parece una oportunidad magnífica para poder reforzar y garantizar mejor los derechos laborales, y apuntar, por sobre todo, a lo que es la disminución de la informalidad y al cumplimiento de las normativas del trabajo en general. Son muchos aspectos que debemos discutir como, por ejemplo, también el referente a las horas de trabajo y el pago de horas extras.
