Blas llegó a Tacumbú esta mañana y se encontró con un incendio de gran envergadura justo en el pabellón de tercera edad. Observó que un hombre, bastante adulto, se encontraba en la zona de incendio y decidió arriesgarse para salvarlo.
Sin protección alguna tomó aire y sin pensarlo abrió los candados para llegar al adulto y sacarlo del lugar. En ese momento de heroica misión el hombre se topó con otras vidas que solicitaban su ayuda.
Abrió los portones y a gritos pedía que todos abandonen el lugar. Si bien ya salvó a muchos, no salía de su cabeza llegar hasta el anciano, según el testimonio de Gregorio Gaona, hermano de Blas, quien también se desempeña como guardia en Tacumbú.
“Blas encontró el incendio, entró y abrió los candados. Sacó a muchas personas del lugar. Vio a un señor que estaba sentado hacia el fondo entre el fuego, las llamas estaban fuertes, pero no le importó e intentó salvar a ese hombre también. Gritando '¡Jaha amo, jaha amo!’ logró evacuar de cierta manera la zona”, detalló en contacto con la 780 AM.
Refirió al mismo tiempo que aparentemente lo que causó la muerte de su hermano fue el humo tóxico que ingresó a sus pulmones y no las quemaduras, según pudo notar al ver el cuerpo de Blas.
El guardiacárcel metió su cabeza en uno de los inodoros en pleno incendio para salvarse del fuego y abrió las duchas, pero de igual manera perdió la vida camino al Hospital de Trauma.
Un hombre fuerte y una buena persona
Gregorio relató que su hermano siempre se destacó por ser buena persona. Ambos son oriundos de San Roque González de Santa Cruz, departamento de Paraguarí. Tan solo ayer estaban compartiendo un rico mate con su madre de 69 años en su ciudad natal, sin imaginar siquiera que ese momento sería el último en compañía de Blas.
El único solvente del hogar
Blas Gaona no solo era un destacado guardia del penal que por su buen desempaño durante 25 años de trabajo en la penitenciaría llegó hasta la jefatura de Seguridad, sino que también era esposo y padre de tres menores de edad. Uno de 16 años, otro de 10 y un pequeñito de 3 años.
El héroe de Tacumbú vivía en Piribebuy e iba hasta la penitenciaría todos los días para trabajar, entendiendo que era el único sustento de su familia, ya que su esposa es ama de casa.
“Hendy acá”
“Hoy yo no tenía guardia, me enteré del incendio cuando un guardia me llamó y me dijo: ‘Superior, superior, tenés que encender la tele porque nuevamente hendy acá”, parafraseó. En ese momento le contaron que su hermano había entrado a la zona de incendio y no volvió a salir.
El hombre refirió en contacto con ÚLTIMAHORA.COM que en el penal existen varios problemas, entre ellos la aglomeración de más de 3.000 reos y solo 40 guardias para controlarlos, lo que les resultaba difícil, pero igualmente tratan de realizar el trabajo de la mejor manera.
La precariedad en materia de infraestructura del penal es grandiosa, especialmente en cuanto a las instalaciones eléctricas, según Gregorio, quien comentó que varias veces solicitaron a las autoridades que verifiquen el sitio.