Con esto de las redes sociales cualquier cosa se hace viral. El sujeto cobra fama, graba programas de televisión y se convierte en estrella por un día (el Borracho de la arbolada, Rico Comidita, Alta Facha). Esta semana se popularizó un video de tres conductores que se trompean en plena avenida de Asunción. Y no es para menos, cuando te pasás dos horas al volante, la mayoría del tiempo sin llegar a ninguna parte, es lógico y hasta natural que te pongas histerix.
Además de la inseguridad y del calor (o el frío, según sea el caso), el estrés del tránsito es el tema del momento. Una enmienda constitucional, una gran burrada de un ministro, una declaración de ser amigable con los gays distrae un ratito, pero después volvemos a lo mismo: inseguridad, tráfico y clima.
Por suerte, ahora ya no vamos a quejarnos tanto del tránsito porque el estacionamiento tarifado va a entrar a regir vivo o muerto, así que presumiblemente se reducirá la cantidad de vehículos. Claro que hecha la ley, hecha la trampa.
Sin embargo, la misma Municipalidad de Asunción reconoce que el transporte público no es suficiente. ¿Y entonces? ¿Quién podrá transportarnos?
El Metrobús, que se plantea como la gran solución, todavía está en pañales y probablemente tarde un siglo en llegar a adolescente. Vamos a poner que para construir 13 kilómetros del Acceso Este se demoraron ocho años. Ocho, poapy, eight, acht, otto, huit. Por si no quedó claro: VIII, en números romanos.
Una analogía simplista nos permite calcular que para 11 kilómetros que tomará el tramo del Metrobús tendremos seis años y medio de obras. Esto es en la teoría, porque en la práctica ya tenemos por lo menos ocho años de dar vueltas, desde que se abrió el primer sobre. El bendito proyecto comenzó con Lugo y sigue (casi nueve años). ¿Qué se hizo hasta ahora? Romper un poquito de asfalto, presentar maquetas y maravillosos proyectos que se titulan ambiciosamente “reconversión urbana”, como si tal cosa fuera a ocurrir por meter un ómnibus más chuchi que las carcachas que tenemos.
Y todavía no hablamos del costo. Supuestamente, los 11 kilómetros que van de San Lorenzo al Puerto de Asunción costarán 63 millones de dólares. Pero como bien sabemos, cualquier metro de asfalto que se hace en Paraguay se sobrefactura, se reajusta, se saca un nuevo crédito, se reconvoca para que todos ganen: los gobernantes que están, los gobernantes que se fueron y los que vendrán, sin contar con la maquinaria estatal que está instalada, que comienza desde el cuidacoches. Pero a no desesperar: Siempre puede surgir algo bueno, como una nueva estrella del WhatsApp.