El recibimiento personalizado a cada estudiante se viralizó días atrás a través de un video de TikTok que fue compartido entre la comunidad educativa.
El saludo del profesor no solo se hizo viral, sino que es ya una costumbre en el CEAD, donde al pasar la mano agrega una sonrisa de oreja a oreja y alguna que otra palmadita buscando dar ánimo a los jóvenes. El objetivo, dice, es empezar cada jornada de la mejor manera.
“Yo ni siquiera estoy en eso”, dice sobre redes sociales como el TikTok, aunque asegura que sus alumnos ya le mostraron el material.
“Había leído que escuchar tu nombre es lo más lindo que puedes hacer al iniciar el día. Muchas veces también eso hace que el chico vaya entendiendo, con ese saludo, lo que es la filosofía del colegio, que es una familia”, asegura.
Durante el ingreso, los jóvenes le retribuyen este gesto. Le preguntan cómo está, en qué anda y le devuelven la sonrisa.
Acosta asegura que este acto beneficia al ambiente escolar, donde en las especialidades técnicas y de ciencias sociales los jóvenes también dan clases en turnos opuestos. Permanecen en el predio durante casi todo el día.
“Hoy por hoy muchos padres salen muy temprano de su casa y tal vez no le dan ese saludo (a los hijos). También hay algunos que no saludan correctamente, entonces vamos viendo”, remarca.
DISCIPLINA
Contrario a lo que piensan o plantean sectores de educadores y familias, su actitud no le resta autoridad o colabora con la indisciplina del estudiantado.
“Acá los chicos eligen su uniforme de Educación Física; cada grupo o curso hace su diseño, presenta y se vota entre todos después para saber cuál van a utilizar durante todo el año lectivo”, dice. Añade que esta medida le ganó la observación de un papá.
“Nde neremandái, director (vos no mandás, director)”, le espetó el padre sobre ese episodio.
El director respeta estos puntos de vista, pero sostiene que en democracia todas las voces de la comunidad educativa deben ser tenidas en cuenta, incluyendo la de los estudiantes. “Ellos son los que van a usar el uniforme y se van a sentir con más identidad hacia su colegio. Las votaciones se hacen en cuartos oscuros, con papeletas y cada voto es secreto, para que practiquen su derecho al sufragio.
“En mi familia, mi papá, mi mamá, promovieron mucho la democracia. Nos juntábamos en la mesa para hablar de las cosas. Es lo que quiero transmitir”, comenta.
RUPTURA
En el colegio también pretenden romper estereotipos con esta actitud, que se da también entre docentes.
“Es romper un poco ese estereotipo de que el director debe estar por encima y no cerca de la comunidad. Yo me tengo que ganar el respeto de ellos, además mi cargo es circunstancial. Ya tuve un viceministro de Educación que fue mi alumno, por ejemplo”.
En deportes, también plantean quebrar prejuicios. Un estudiante no quiso jugar hándbol por considerarlo un deporte de nenas. “Ese alumno después pasó a la selección de hándbol masculino de Luque”, cuenta Acosta mientras infla el pecho.
El director afirma que arrancar así la mañana también ayuda a detectar algún inconveniente que puedan tener los jóvenes. “Si llega tarde, se le da la oportunidad y celebramos juntos cuando llega a hora”.
En mi familia promovieron la democracia. Nos juntábamos en la mesa para hablar. Es lo que quiero transmitir acá. Pedro Acosta, director del CEAD.