Lo que parecía un festivo domingo de sol acabó en tragedia, cuando fuertes explosiones sacudieron el concurrido patio de comidas en el local comercial, que ese día estaba colmado de personas.
La grasa acumulada en el ducto de la cocina y el comedor hizo que el fuego se propague en pocos minutos, causando el pánico y la corrida de los clientes. El hecho de que existan pocas salidas de emergencia y que varias puertas se hayan cerrado hizo que la tragedia fuera mucho mayor.
Las terribles historias que hasta hoy se cuentan, junto a varias escenas de heroísmo de bomberos, policías y socorristas, dan cuenta del gran shock que produjo el incendio en toda la sociedad paraguaya. Es considerada la tragedia civil más grande en la historia del Paraguay, durante tiempos de paz.
En la causa penal principal, por homicidio doloso, el empresario Juan Pío Paiva, propietario del local siniestrado; su hijo Víctor Daniel Paiva y el guardia Daniel Areco fueron condenados a 12, 10 y 5 años de cárcel. El accionista Humberto Casaccia fue condenado a 2 años y 6 meses por exposición de personas a lugares de trabajo peligrosos.
El segundo juicio fue contra funcionarios de la Municipalidad de Asunción, por falta de fiscalización de la obra. Jorge Gamarra Morínigo, Jesús María Insaurralde y Rodrigo Castillo Fraccia fueron condenados a 1 año y 6 meses de prisión. El tercer juicio fue dirigido contra el constructor Bernardo Ismachowiez, quien fue sentenciado a dos años por actividades peligrosas en la construcción.