Por Romina Aquino González
La reina es la pieza más poderosa del ajedrez, pero a pesar de su poder ella es una ficha más frente al rey. Las reglas no distan mucho del contexto en el que se desarrolla el juego, donde los hombres han tenido más privilegios que las mujeres, por supuestamente estar más aptos y ser más inteligentes que ellas. Pero las chicas han demostrado, a lo largo de los años, su capacidad para poder competir frente a frente sin ningún inconveniente.
Esta será la cuadragésima tercera edición de las Olimpiadas de Ajedrez; sin embargo, es apenas la sexta vez que Paraguay envía a un grupo femenino de ajedrez, porque la Federación Paraguaya consideraba que “no había nivel”, y tampoco se tenían los recursos necesarios. Pero ellas ni sus familias se conformaron con esa respuesta, y decidieron hacer algo por cuenta propia. Así comenzó la travesía de las ajedrecistas 10 años atrás.
Gabriela Vargas es integrante de Kuña Arandu, es una Maestra Fide, rango de jugadora y una de las mejores del país. Ella juega ajedrez desde 2002, año en que empezó a seguir muy de cerca las Olimpiadas de dicho deporte, y muy en especial al equipo enviado para representar a nuestro país.
Gabi siguió con mucha ilusión al grupo masculino, pero cuando se dio cuenta de que había una división femenina, y que allí no teníamos representación, se puso muy triste. Sin embargo, eso despertó en ella las ganas de participar del encuentro, que se realiza cada dos años, solo que cuando consultó sobre si había una selección le dijeron que no, por falta de nivel, a pesar de saber que ya habían varias jugadoras que formaban parte del ranking internacional.
“Entonces, en el año 2008, junto con nuestros padres y madres presentamos una nota con la intención de participar del entrante torneo. La idea era hacer un clasificatorio y que las cinco mejores jugadoras representen al país”, cuenta Leticia Ávalos, otra de las integrantes del equipo olímpico, quien, como Gabriela, viene participando desde aquella primera vez.
Las chicas lograron su cometido y fue la primera vez en la historia del país que se enviaba un equipo femenino. Esa selección va cambiando en cada competencia, ya que la clasificación se realiza a través de los campeonatos nacionales donde las participantes van acumulando puntos, y de acuerdo a ese puntaje van subiendo o bajando en la tabla.
Actualmente las integrantes del equipo olímpico son Jennifer Pérez (31), Gabriela Vargas (30), Leticia Ávalos (24), Luz Carreras (18) y Anahí Martínez (14), las dos últimas son las más jóvenes de la selección y participarán por primera vez del encuentro.
“Al jugar con la bandera de Paraguay por la espalda sentís un orgullo muy grande. Pero en general nuestro país está un poco rezagado a nivel internacional en ajedrez. No hay suficiente apoyo para que, por ejemplo, nuestros mejores jugadores hagan una gira por Europa, como con cualquier otro deporte, para conocer y ver el nivel que manejan, y que nosotros podamos jugar también así, de igual a igual, porque la verdad es que no hay mucha diferencia”, dice Leti.
Por un punto
Según Leticia, el ajedrez es todavía un deporte desconocido, no tan popular como el fútbol, el básquet o la natación, y eso se debe a una cuestión sociocultural que de a poco está cambiando.
Sin embargo, la posición que tiene nuestro país en el ranking internacional no está nada mal. En las últimas Olimpiadas, el equipo femenino obtuvo el puesto 65° de 140 países y quedaron en segundo lugar del Grupo D.
“Estuvimos a un punto de traer la medalla de oro. Perdimos contra Siria, a pesar de que nosotras les habíamos ganado el match 3 a 1. Lo que pasa es que en las competencias de ajedrez uno no se elimina, sino que sigue jugando todas las rondas hasta que termina el torneo. Y por eso nos superaron por un punto”, recuerda Leti.
Ahora las expectativas son altísimas, y las chicas están preparadas para traer la medalla de oro. “Pensamos que podemos ganar, porque se nos escapó nomás, como por accidente”, dicen.
Durante las últimas semanas ellas se se dedicaron a entrenar más duro y a recolectar fondos para el viaje. A pesar de que la Secretaría Nacional de Deportes cubre los gastos de pasaje de ida y vuelta, y la organización del torneo se hace cargo de la estadía de todos los participantes, también necesitan pagar a instructores y contar con un dinero extra, teniendo en cuenta que estarán varios días fuera de sus puestos trabajo.
Normalmente sus prácticas son de dos horas por día, tres veces a la semana, en donde entrenan cálculo, estrategia y resistencia. “Nosotras practicamos con libros muy gordos de apertura. Durante la semana estudiamos y los fines de semana nos ponemos a prueba. De donde más se aprende es de las partidas que perdés, porque podés corregir tus errores volviendo a estudiar y a entrenar”, asegura Leti.
Campaña viral
Buscando más fondos y queriendo llamar la atención de las personas, las Kuña Arandu empezaron a contar a través de las redes sociales cómo fue el largo camino para que pudieran participar de las Olimpiadas. Interesados en la historia, una agencia de publicidad les ofreció desarrollarles una pequeña campaña comunicacional.
Con una foto de las integrantes vestidas como si fueran hombres, y un texto que afirma que el ajedrez es un deporte de caballeros, el afiche recorrió las redes y ninguna esperaba que tuvieran tanta repercusión.
“Desde que empezó estoy de aquí para allá, de entrevista en entrevista. Y eso es muy bueno, porque el ajedrez nunca tuvo tanta pantalla, y ahora la gente sabe que hay mujeres que juegan este deporte y que están representando al país”, afirma Leti.
Cuenta que Paraguay envía al equipo masculino desde 1989, y que nunca antes había pensado enviar un equipo femenino hasta que ellas intervinieron en 2008. “En el ajedrez paraguayo, de los 98 jugadores rankeados, 15 son mujeres. Y si mirás en un torneo en donde hay 50 jugadores, vas a encontrar una o dos chicas jugando, o sino ninguna”, agrega Ávalos.
Ser ajedrecista no es fácil, menos en un país como el nuestro, en donde las chicas se enfrentan a muchas trabas y desafíos. “Los hombres no pueden perder contra vos, porque sos mujer. Y si les ganás, se pichan y molestan”, añade ... .
Frases como “las mujeres no pueden ser buenas porque tienen otras preocupaciones”, o “no pueden jugar porque ellas no se callan nunca”, son como dardos que reciben las chicas, y van calando hondo en sus pensamientos y sentimientos.
“La gente le pregunta a las nenas por qué dejaron si jugaban tan bien, pero está tan arraigado el machismo. Y a lo mejor ven como algo normal, pero a una niña de 8 años que empieza a jugar le va afectando de a poco hasta que pierde el interés y deja de jugar. Y así es como se pierden valores femeninos”, expresa.
A estas horas, las chicas ya estarán desembarcando en Batumi, Georgia, donde competirán contra 11 países, del 23 de setiembre al 6 de octubre, una ronda por día.
El ajedrez en nuestro país es todavía amateur, como bien lo afirmó en un comunicado la Federación Paraguaya de Ajedrez; sin embargo, aseguran que está pasando por un excelente momento y que la participación en Batumi de ambos equipos lo demostrará.
Como espectadores, nos queda conocer más sobre el deporte, seguir apoyando y difundiendo, para que con los años nos acerquemos más y más a la medalla de oro.
Fotos: Fernando Franceschelli / Getty images /Gentileza Oniria.
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Incentivar
la participación
En las Olimpiadas de Ajedrez, la categoría masculina se llama Absoluta, porque las mujeres también podían participar; pero para incentivar la participación de las mismas realizaron la división y quedaron las categorías absoluta y femenina. “Allá por el año 86 era un puchito el lado femenino de la competencia, y ahora estamos igual a igual, bloque a bloque, Absoluto y Femenino. De acá a 20 años, tal vez esa división va a desaparecer y se va a mezclar totalmente”, menciona Leti.
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Con una menos, pero con mucha fuerza
Por problemas personales, que tienen que ver con la salud de su madre, la ajedrecista Gabriela Vargas ha manifestado que finalmente no podrá participar de las Olimpiadas, por lo que el equipo Kuña Arandu se irá con solo cuatro de sus integrantes, que darán todo de sí en la competencia.
Para seguir colaborando con las chicas, ya sea con apoyo económico o algún auspicio, está disponible el número (0985) 756-212.