13 jun. 2025

El juicio a OGD constituye una prueba de fuego para la Justicia

La imputación y la prisión del ex senador Óscar González Daher, quien hasta hace poco era considerado uno de los caudillos políticos más poderosos, quien manejaba los hilos del poder en varias estructuras del Estado para sus fines particulares y delictivos, constituyen otra saludable muestra de lo que se puede lograr con las denuncias periodísticas y con la movilización ciudadana en contra de la corrupción. El sistema de Justicia tiene ante sí una prueba de fuego para demostrar si puede llegar a procesar y juzgar de manera objetiva y rigurosa a quien era tenido como un verdadero intocable, que chantajeaba a los propios fiscales y jueces desde el JEM.

A pesar del escepticismo de gran parte de la ciudadanía, los diarios de ayer han mostrado en su portada una imagen que hasta hace poco tiempo resultaba impensable: la foto del ex senador Óscar González Daher siendo conducido por policías ante un juez para recibir la orden de prisión tras ser imputado por enriquecimiento ilícito en la función pública, declaración falsa y lavado de dinero, junto con su hijo Óscar Rubén González Chaves.

En poco más de un mes, el Paraguay asiste al ingreso a la cárcel de dos ex altos personajes del poder estatal. Al igual que ahora OGD, también el ex fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, imputado por enriquecimiento ilícito, permanece en prisión, primero en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú y luego en la cárcel militar de Viñas Cué, desde el pasado 24 de agosto.

La detención de ambas personas, quienes detentaban mucho poder y manejaban los hilos del sistema de Justicia, marca una ruptura en el ámbito político y modifica el esquema de impunidad que protegía a los poderosos en el país. En ambos casos la labor de investigación que denuncia los hechos ilícitos provino principalmente de publicaciones periodísticas, pero adquirieron mucho impacto gracias a la movilización de grupos de ciudadanos indignados ante la corrupción. Recién entonces, obedeciendo probablemente a una nueva situación política, los fiscales y jueces se han decidido a actuar.

En el caso de González Daher, ya en el 2010, en una serie de reportajes investigativos, este diario y el canal Telefuturo habían sacado a luz el esquema delictivo que impulsaba el entonces presidente del Senado desde su empresa inmobiliaria Príncipe di Savoia en la ciudad de Luque, evadiendo el pago de impuesto inmobiliario de unos 65 inmuebles a través de la adulteración de datos en el sistema informático de la Municipalidad local. Sin embargo, en ese momento la investigación fiscal no avanzó y acabó en el oparei, como una muestra de la influencia que tenía OGD en varios órganos del Estado.

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Esta vez, la divulgación periodística por parte de la emisora ABC Cardinal de unas conversaciones telefónicas en las que se escucha a González Daher cometiendo tráfico de influencias y varios otros delitos resultó determinante para provocar su renuncia al Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y a su expulsión en dos ocasiones del Senado, para que sea investigado e imputado, pero el mayor elemento de presión fue la valiente y constante acción de un grupo de ciudadanos que se mantuvieron movilizados durante casi dos meses, con actos de protesta y escraches frente a las residencias del ex senador, como en varios otros escenarios.

Esta vez, tras lamentables episodios jurídicos como el caso Curuguaty, el sistema de Justicia tiene ante sí una prueba de fuego para demostrar si puede llegar a procesar y juzgar de manera objetiva y rigurosa a quien hasta hace poco era tenido como un intocable y chantajeaba a los propios fiscales y jueces desde el JEM. Lograrlo será un punto a favor para empezar a creer que en el Paraguay también los poderosos pueden ser castigados cuando delinquen.