Un día como hoy, 75 años atrás, Agustín Pío Barrios, Mangoré, fallecía a sus 59 años en El Salvador, dejando una vasta obra musical guitarrística, interpretada en la actualidad por instrumentistas de todo el mundo.
Algunos de los guitarristas de la nueva generación, consultados por ÚH, coinciden que la obra de Mangoré no es paraguaya solamente, sino mundial, uniendo la tradición de la influencia occidental y la cultura latinoamericana.
“El principal legado de Barrios es su vasta y exquisita obra musical para la guitarra, tan variada para todos los gustos, razón por la cual es interpretada en Paraguay y el mundo. Su testimonio de vida es un gran ejemplo de superación para todos los guitarristas”, dice el concertista José Carlos Cabrera, formado en nuestro país y el extranjero. Añade que no solo enriqueció el repertorio nacional para la guitarra y lo dio a conocer al mundo, sino que compuso magistralmente aires folclóricos de Latinoamérica, elevando así la música regional.
“En la obra de Mangoré converge la influencia de la música occidental con el auténtico sentir de la cultura latina, por eso es bien llamado el Bach, el Chopin o el Paganini de las selvas del Paraguay y toda América”, destaca.
OBRAS. Osvaldo Loup, profesor de guitarra del Conservatorio Nacional de Música, califica que tiene “muchas obras y de gran calidad”.
“Fue un compositor tan versátil que la variedad de estilos de toda su obra es gigante. En el mundo, sus obras más valoradas son La Catedral, Barcarola, Julia Florida, los valses Opus 8 N° 3 y N° 4, Las abejas, Un sueño en la floresta, Último trémolo (Una limosna por el amor de Dios), Estudio de Concierto en la mayor, entre otras”, explica el músico.
Loup comenta que hay un “notorio incremento” en el interés de los guitarristas clásicos del mundo hacia las obras de Barrios, además de constatarse una tendencia a valorar obras no muy famosas, de “alta calidad estética”.
“Personalmente sigo la línea de rescatar obras no muy difundidas, de gran calidad y que me agradan como su Vals Tropical, Serenata Morisca, Allegro Sinfónico, Preludio Opus 5 en Sol menor –una de sus tantas inspiradas en J. S. Bach–, entre otras”, refiere.
Sostiene que uno de los grandes legados de Mangoré es el de ser continuador de la obra de compositores románticos de la segunda mitad del siglo XIX, como Tárrega, Coste, Mertz, “desarrollando este estilo y llevándolo a un nuevo nivel estético”.
Considera que Barrios fue uno de los primeros en cultivar el estilo nacionalista latinoamericano en la guitarra clásica, siendo uno de sus referentes icónicos. “Barrios visitó o vivió en países de Latinoamérica y eso le permitió descifrar los diversos estilos musicales a los cuales se acercaba. Así, sus obras de influencia latinoamericana hoy son valoradas en el mundo”, expresa.
Mangoré se inspiró en la música paraguaya, pero ella representa solo el 10% de este estilo en la totalidad de su obra. “Aún así, creó íconos de nuestra música a nivel mundial, como la apreciadísima Danza Paraguaya o Ha che Valle, y obras sublimes como la bella Caazapá. Todas son interpretadas por guitarristas del mundo”, explica el profesor, quien asegura que Mangoré “es más universal que paraguayo”.
IMPORTANCIA. El legado de Agustín Barrios perdura a décadas de su partida, ya que es considerado mundialmente como “uno de los compositores más importantes de la historia de la guitarra culta y del repertorio para este instrumento”, añade Loup.
Considera que a nivel nacional “aún falta más por afianzar a Barrios como ícono cultural”, cuestión que depende de los propios guitarristas paraguayos, quienes deben “profundizar en el conocimiento y valoración de su creación”.
Libros, discos y otros documentos revelan el extenso recorrido realizado por Mangoré en el mundo, y guitarristas como John Williams, Leo Brouwer, Narciso Yepes, entre otros, lo han revivido con su guitarra, además de los nacionales Berta Rojas, Sila Godoy, Felipe Sosa, Luz María Bobadilla, y otros.
Opinión
“Es venerado por oídos del mundo”
“La genialidad de Barrios se puede apreciar a lo largo de su extensa obra creadora, en piezas como Mazurca Appassionata, El último canto, Sueño en la floresta o La Catedral. En estas piezas Mangoré volcó toda su inspiración en un trabajo armónico, melódico, técnico y estético de vuelo sin igual, el cual es venerado por oídos del mundo y que solo los grandes ejecutantes de la guitarra pueden experimentar por su complejidad y virtuosismo.
Barrios nos enseña, además, a hacer frente a las adversidades y a defender nuestra identidad.
En medio de la inmediatez de hoy y donde lo efímero es moneda corriente, Barrios nos muestra el camino de la perseverancia, de la humildad, de la disciplina, de la lucha por los ideales y una cantidad de valores admirables que ostenta”. Rodrigo Benítez, guitarrista
Perfil
Agustín Barrios Mangoré nació el 5 de mayo de 1885, en el Departamento de Misiones (algunos dicen que nació en San Juan Bautista, mientras que otros, en Villa Florida). Tras recorrer Latinoamérica durante su vida llevando su guitarra, compuso numerosas obras magistrales para el instrumento y tocó en diversos escenarios internacionales. Buscando atraer al público, creó su curioso personaje del Cacique Nitsuga Mangoré hacia la década del 30, con plumas y una vestimenta llamativa, como lo cuenta Richard Stover. Falleció el 7 de agosto de 1944, en El Salvador.