La ventriloquía o habilidad para hablar sin mover los labios y modificar su voz, imitando otros tonos y sonidos, está representada en nuestro país por Paco el Mago, Nizugan Jr., Juan Babril y Axel.
Uno de los muñecos más conocidos del mercado es sin dudas Cachito, ahora manejado por Nizugan Jr., quien lo heredó de su finado padre, el mago Nizugan. “Conozco a Cachito desde que nací, prácticamente me crie con él. Además, yo también tenía mis muñecos, papá me regaló varios, empecé con marionetas”, recuerda Nizugan Jr.
El joven mago tenía entre sus marionetas a un perro, un boxeador y un muñeco al que nombró Ricardito. “Ese fue mi muñeco de práctica de ventriloquía, pero más bien era un juguete para mí; tenía seis años de edad”, cuenta.
Acerca de la técnica, Nizugan Jr. dice que “cualquiera puede ser ventrílocuo, aunque se necesita mucha practica”.
La palabra ventrílocuo se compone de ventri (vientre), y locu (locución). “Es el arte de hablar con el vientre, aunque en realidad no se habla con el vientre, sino con el diafragma. Es el arte de hablar sin mover los labios”, explica.
Junto a Nizugan. Por su parte, Carlos Miguel Ramírez González, más conocido como Paco el Mago, es un ventrílocuo y mago, que tuvo la fortuna de formarse con el propio Nizugan. Su muñeco se llama Kike.
“Me inicié con Nizugan, a quien conocí en el año 1989, y a partir de ahí iniciamos una fuerte amistad. Seguí toda la trayectoria de Cachito y hay una gran influencia suya sobre mi formación”, recuerda Paco.
El mago y ventrílocuo se aventuró además con otros muñecos, tipo títeres o con formas de pájaros. “Me inicié con Nizugan, asistí a innumerables congresos, ya no recuerdo cuántos fueron, en Brasil y Argentina; dos a tres veces al año. Fui su ayudante y en los últimos años, gracias a él, me hice conocido en el extranjero con mis números de magia y ventriloquía”, dice el artista.
Su muñeco Kike, es un chico de entre 10 a 12 años, quien se adapta al tipo de público para el cual está trabajando, ya sea infantil o adulto o muy familiar. “El vocabulario cambia dependiendo de la edad de los presentes”, indica Ramírez.
Para Paco, el éxito de un ventrílocuo no depende tanto de si sabe o no hacer el truco de la ventriloquía, sino más bien, “en la capacidad del que maneja al muñeco, de crear la ilusión en el chiste, en el humor que se hace”. Entre sus referentes internacionales, menciona a José Luis Rodríguez Moreno y Jeff Dunham.
Inspirado por ALF. Juan Babril es otro de los exponentes de la ventriloquía en nuestro país, junto a su muñeco Dany. Babril, también de nacionalidad paraguaya, empezó en la disciplina, antes de ser ilusionista, y lo hizo de forma particular. “De niño no me perdía un capítulo del ya histórico programa televisivo Alf el extraterrestre (serie norteamericana de los años 80/90)”, recuerda.
“Una noche pasaron un capítulo en el cual Alf se compró un muñeco ventrílocuo e interactuaba con él, haciendo bromas, chistes y sencillamente fue como amor a primera vista. Desde ese momento soñaba con tener un muñeco así, y recuerdo que esa misma noche me fabriqué uno con una media grande de mi papá, botones, hilo y aguja. Ahí empezó todo”, cuenta Babril.
Actualmente se dedica a la ventriloquía, aunque inició sus estudios de manera autodidacta, leyendo y practicando todos los días. “A los 10 años fui a mi primer curso de títeres y fabricación de muñecos con Tito García. A los 11 tuve mi primer show como ventrílocuo en el teatro del Juan de Salazar”, relata.
A sus 21 años, Babril anuncia que está a punto de sacar un libro sobre esta disciplina, en el cual se incluyen las técnicas, la teoría de ventriloquía y la fabricación de muñecos, dirigido a todo ventrílocuo iniciante en dicho arte.
Su muñeco Dany, es muy travieso y no desaprovecha la oportunidad para hacer una broma o contar un chiste. También le gusta cantar y lo hace a dúo con Juan. Comenta que Dany “es muy moderno”, pues está enterado de lo último en tecnología, moda y videojuegos.
PATO TITO. Axxel es el último exponente de esta disciplina, y cuenta con un compañero de aventuras llamado Tito, el patito. “Empecé hace 6 años con el negocio de preparar o hacer shows de títeres para cumpleaños”, recuerda Axxel, quien profesionalmente es diseñador gráfico y desarrollador de aplicaciones para internet, pero tras salir de una empresa, decidió cambiar de rubro, junto con su esposa y dedicarse a este. “Porque cumpleaños siempre hay”, dice, entre risas.
Desde muy niño admiraba los títeres del finado Héctor Tito García. “Me gustaba su trabajo, su creatividad en personajes. También tengo habilidad para confeccionar títeres, siempre me gustó”.
Tito, su muñeco, es un patito que va al jardín. Tiene 3 años. “Los chicos le quieren tocar por su ternura, y la voz que emito para darle vida al personaje”, comenta.
Los más pequeños se identifican con el personaje porque es chico y travieso. “Me muerde el botón, me escala la barriga”, describe. El monólogo de Tito se relaciona con la vida cotidiana de los más chicos; la escuela, los momentos en la casa y la familia. Usa términos que provoca risas, como pañal y pipí. Enseña palabras en inglés, a saludar, chistes y bromas”. Para Axxel hacer ventriloquía es cuestión de “voluntad y carisma”.
Internacional
Jeff Dunham es un afamado ventrílocuo internacional que tiene un show en Netflix. “Es muy conocido mundialmente por los personajes que tiene, su espontaneidad, sus varios muñecos con distintas voces y personalidades. Es buenísimo este ventrílocuo, un verdadero referente”, comenta Nizugan Jr.