04 dic. 2024

El mensaje que deja la salida de Lea

La noticia más importante de la semana pasada ha sido la salida de Lea Giménez de sus cargos de jefa de Gabinete del gobierno de Santiago Peña y de miembro del Consejo de Itaipú.
Los rumores de su salida venían circulando desde hace tiempo, alimentados por “murmullos de pasillo” sobre sus fuertes enfrentamientos con algunas autoridades brasileñas en la negociación de la tarifa de Itaipú y con los políticos del ala dura del Partido Colorado, por los gastos sociales.

Si bien su salida era casi esperada, fue muy llamativa la forma en la que fue realizada. Dicen que una imagen vale más que mil palabras y verle a ella quebrada emocionalmente y al presidente conteniéndola con una mano afectuosa, fue muy sorprendente.

Estas imágenes nos transmitieron con claridad que no fue el presidente Peña el que destituyó a Lea Giménez, sino que fueron poderes que están por encima de quien ostenta la primera magistratura.

Este mensaje es muy malo para todos, pero muy especialmente para las agencias calificadoras de riesgos que como Moody´s hace tan solo unos días nos otorgó el grado de inversión y para Standard and Poor´s y Fitch que aún nos mantienen en grado especulativo.

Lo ocurrido la semana pasada incrementa la percepción que tienen muchos de que el Paraguay está muy bien macroeconómicamente, pero existen riesgos debido a su debilidad institucional.

Ven riesgo en un Poder Judicial carcomido por la corrupción y el copamiento político; ven riesgo en un Poder Legislativo que no promulga leyes en defensa del bien común, sino de intereses particulares y ven riesgo en un Poder Ejecutivo maniatado por los poderes fácticos.

Para avanzar en el proceso de desarrollo, una macroeconomía estable es una condición necesaria, pero no suficiente. Es necesario, además, el fortalecimiento de nuestras instituciones que hagan posible el incremento de las inversiones nacionales y extranjeras, único camino para que las empresas grandes y pequeñas puedan crecer y la gente tener el trabajo para sostener a su familia.

La política debería buscar ese bien común, pero cuando esta pierde su rumbo y se concentra en los enfrentamientos entre una facción y otra; se concentra en otorgar beneficios desmedidos a su clientela política y se concentra en el enriquecimiento personal, eso no es política… es politiquería.

Es una pena que este enfrentamiento en el seno del partido de gobierno ocurra en el primer año de Santiago Peña, justo cuando desde el exterior empiezan a conocernos y a reconocernos como un país muy ordenado y responsable en lo macroeconómico, con un sistema tributario amigable para la inversión y con gran potencial debido a su abundante energía renovable, agua y tierra fértil.

Hace cien años ese gran estadista que fue Eusebio Ayala dijo que en la vida hay temas que nos unen y temas que nos separan y que lamentablemente los paraguayos le damos demasiada importancia a esto último. Por ese motivo hemos tenido una guerra civil, numerosos golpes de estado y permanentes enfrentamientos políticos.

En el único punto en que hemos podido construir un acuerdo que perdura en el tiempo, es en la estabilidad macroeconómica. Gracias a eso desde hace décadas tenemos una moneda sana y estable, un presupuesto equilibrado y a personas técnicas al frente de la economía.

Pero no hemos podido construir los mismos acuerdos para brindar seguridad, salud, educación y transporte de calidad, todos ellos fundamentales para una vida digna de nuestra gente.

Ese debería ser el trabajo de la buena política y no el permanente enfrentamiento entre los diversos sectores y dentro mismo de los partidos políticos.

Lo que ha ocurrido la semana pasada con la salida abrupta de Lea transmite incertidumbre sobre el futuro del gobierno actual y una imagen negativa sobre nuestro país en el exterior.

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