La historia comienza con una pareja integrada por Margot (Anya Taylor-Joy) y Tyler (Nicholas Hoult), que viaja a una isla en la costa del noroeste del Pacífico para cenar en un exclusivo restaurante a cargo del antipático y mundialmente famoso chef, Julian Slowik (Ralph Fiennes).
Allí, Slowik prepara un fastuoso menú para doce especiales comensales respaldado por un afilado equipo de cocina. A medida que transcurre la velada va aumentando la tensión en todas las mesas mientras se van revelando secretos y se sirven platos inesperados.
Con cada acontecimiento violento y tormentoso se empieza a vislumbrar la verdadera motivación de Slowik, y los comensales empiezan a inquietarse cuando caen en la cuenta de que su elaborado menú esta diseñado como catalizador de un final de fiesta estremecedor.
Un restaurante en una isla exclusiva y misteriosa, un cocinero mundialmente famoso, un variado grupo de comensales y un equipo de chef infalible, ¿te imaginas esta combinación que podría traer? Simplemente te llena la cabeza y el estómago de tensión y humor ácido, pero por sobre todo te hará pensar.
Mark Mylod, el cerebro de esta película y director detrás de las escenas más extraordinarias de Game of Trones y Sucesión pensó en todo. Desde un elenco que se manejó como un equipo de nado sincronizado, hasta un espectacular escenario que alegra la vista del espectador en todo momento. Nadie pensaría que se grabó en un estudio de cine, el look and feel de la alta cocina se destaca de sobremanera.
Exquisitas actuaciones
Se debe destacar que Ralph Fiennes y Anya Taylor-Joy son todo lo que está bien dentro de la cinta. Sus actuaciones son magníficas, con un realismo impactante. Claro, Taylor-Joy es un diamante en bruto que empieza a pisar fuerte en Hollywood y su presencia indiscutiblemente anuncia éxito y diversión.
Por su parte, Ralph Fiennes, quien no necesita presentaciones, su nombre habla por sí solo y encarga a este fastidioso y famoso chef llamado Julian Slowik, quien más que solo un chef es un “narrador”, así lo describieron dentro de la película, ella lleva la batuta de toda esta obra, queriendo cumplir con sus deseos.
Se puede percibir el fastidio y desagrado que tiene hacia las personas de élite y hacia el mismo porque lo han corrompido, por eso y más trajo este menú para probarlos así mismos y comprobar hasta donde pueden llegar.
No podemos olvidar a Nicholas Hoult, quien tiene la difícil tarea de interpretar al novio de Margot, interpretado por Taylor-Joy, tienen una buena química y juega un papel importante en la cinta y es quien invita a Margot a vivir la “experiencia de su vida” navegando hacia una isla que al final no es lo que parece.
La película ha tenido gran aceptación y éxito en los festivales de cine y al verla te das cuenta por qué ha logrado “comerse” al público.
Cada comensal tiene su aspecto distinto, insaciables, con dinero y creyendo que el mundo está a sus pies. ¿El dinero lo compra todo?, quedó comprobado que no.
Con cada escena se van presentando nuevos platos y con ellas nuevas interrogantes y desafíos que afrontar, a la par, el restaurante cobra nuevas formas y el set tiene aura diferente, todas con inspiración al entorno artístico y real.
Sin lugar a dudas, el clímax de la película es atrapante, agobiante y muy divertida y el final de ella te atrapa y te deja con ganas de ver más.
Esta joya que llegó a los cines este jueves es una excelente opción para degustar con amigos, familia o incluso solo, porque te atrapa, acompaña y de sacia por completo, aunque los que nunca se saciaron fueron sus personajes.
¿El dinero compra la felicidad?, ¿hasta qué punto una persona con estatus puede hacer lo que quiera? ¿Los pobres y ricos no se juntan? ¿Somos intocables? Interrogantes que se van generando a medida que avanza la película y el final responde a cada una de ellas, es ¡fascínate.
Algo sí tengo que destacar, ¡no todo lo que brilla es oro!