El mandatario argentino, que no se presentará a la reelección y dejará el poder en diciembre próximo, entregará el testigo de la presidencia pro tempore del bloque económico al líder brasileño, de vuelta a un encuentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) después de 13 años de ausencia.
Por su parte, el mandatario paraguayo se despide antes de entregar la Presidencia de su país a Santiago Peña, quien asumirá el 15 de agosto.
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El lunes se reunirá el Consejo de Mercado Común (CMC), que integran los ministros de Exteriores y Economía de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y por la tarde se incorporarán los presidentes de los Bancos Centrales del Mercosur y de Bolivia, Estado asociado.
Ya el martes, se darán cita los jefes de Estado para poner el broche a una cumbre que se celebrará en un hotel dentro del Parque Nacional Iguazú, que alberga las famosas Cataratas, Patrimonio de la Humanidad.
El regreso de Lula, quien pretende impulsar la integración suramericana, abre una nueva oportunidad para revitalizar un Mercosur dividido y con varios frentes internos abiertos -las asimetrías de Brasil y Argentina con Paraguay y Uruguay siguen siendo enormes- y externos, con diversos acuerdos comerciales en negociación.
La UE y el protocolo medioambiental
El principal desafío es cerrar de una vez por todas las tratativas con la UE.
En 2019, las partes alcanzaron un acuerdo general al que le faltaba por limar diversos aspectos técnicos, pero desde entonces se han ido sumando problemas a ambos lados del Atlántico.
La propuesta de anexo medioambiental adjuntada por la UE a posteriori no ha sido bien recibida por los socios del Mercosur, según reconoció el alto representante del bloque comunitario para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
Incluso el propio Lula calificó, en un reciente viaje a Francia, esa nueva carta de compromisos verdes de “inaceptable” y “amenaza”.
La UE espera ahora una respuesta del Mercosur que se espera consensuar en Puerto Iguazú, aunque la diplomacia brasileña ha rebajado las expectativas ya que, según indicó la Cancillería de ese país, no han terminado de evaluar los detalles de los textos.
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“No es un proceso tan rápido porque los acuerdos son muy delicados”, aunque “estamos muy cerca” de llevar nuestras consideraciones al Mercosur para ponerlas en común y elaborar así una contrapropuesta, dijo el embajador Mauricio Carvalho, director de Asuntos Económicos de la Cancillería brasileña.
Además, en este segundo semestre Brasil y España, ambos grandes entusiastas del acuerdo comercial, coincidirán al frente de ambos bloques, lo que puede ayudar a destrabar el diálogo.
Otras negociaciones en curso
Más allá del acuerdo con la UE, Brasil, la mayor potencia de América Latina, quiere impulsar la agenda externa del Mercosur de forma “ambiciosa” y obtener “resultados concretos” durante los seis meses de la presidencia rotativa.
En este sentido, Carvalho citó que también pretenden abordar otros acuerdos comerciales cuyas discusiones están avanzadas, como con el grupo EFTA (Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza) y con Singapur.
Y desarrollar, además, el diálogo “no tan avanzado” con otros países, como Canadá, Indonesia y Vietnam.
¿Venezuela encima de la mesa?
Otro de los asuntos que ha sobrevolado las cumbres del Mercosur de los últimos años es la situación de Venezuela, suspendida del bloque desde 2017.
El Brasil de Lula ha retomado las relaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro tras cuatro años de silencio con la Administración de Jair Bolsonaro (2019-2022) y quiere al país caribeño de vuelta al bloque.
“Nos gustaría ver a Venezuela reintegrada en el Mercosur”, pero no está previsto discutirlo en esta cumbre, señaló la secretaria para América Latina y el Caribe de la Cancillería brasileña, Gisela Padovan.
No obstante, “es un tema que está en la agenda” del Gobierno y Lula quiere discutirlo con los otros tres socios en algún momento.
Argentina ya declaró que también es favorable, si bien su postura podría cambiar radicalmente en función de las elecciones presidenciales de octubre; mientras que Uruguay y Paraguay son menos proclives a un retorno con potencial de generar más fracturas en el seno del grupo suramericano.
Fuente: Carlos Meneses/EFE.