El 12 de mayo de 2006, René Ortega Acosta, de 24 años, de Villa Hayes, tuvo la increíble suerte de ganar un monto de dinero soñado por muchos, a través del conocido juego de azar. Nada menos que 1.000 millones de guaraníes llegaron a sus manos, de los cuales el 10% le fue descontado por la empresa vendedora del cartón.
Hasta el momento, con el dinero se pudo comprar una modesta casa en San Lorenzo, a donde se mudó con su madre, y una lujosa camioneta Land Cruiser, que ya se encuentra en estado deplorable, porque a un mes de haberla comprado, por un valor aproximado de 300 millones de guaraníes, el joven fue a chocarla contra la muralla de una casa en Asunción.
René cuenta que los propietarios mantienen una demanda judicial en su contra, y todavía no ha llegado a un acuerdo con los afectados.
Pese ser conocido popularmente como como “el millonario”, René ahora anda otra vez a pie, y a veces sobre una moto, que funciona en muy malas condiciones.
“No tiene nada de malo si ando a pie o en bici, ¿o sólo porque tengo plata tengo que andar en avión? Estoy cómodo así. De hecho no me afecta lo que la gente diga, a ellos nunca le vas a dar gusto, quiero darme gusto a mí mismo y nada más”, dice René.
Debido a estas situaciones, entre ellas el haberse negado a pagarle el sueldo (un millón de guaraníes mensuales) a uno de sus ex empleados, Emilio Abraham, con quien finalmente llegó a un acuerdo, pero a través de abogados, sus vecinos dicen que René malgastó el dinero ganado, y hasta dudan de que haya cobrado el monto prometido en su totalidad.
“Para mí que es pura propaganda, él anda a pie luego de haber chocado. Le solemos ver. Habrá ganado mucho dinero pero no creo que sean los mil millones. Ahora es prestamista, eso sí sabemos con seguridad”, señala María Lezcano, una de su ex vecinas del barrio Cerro, de Villa Hayes.
René desmiente que esté derrochando su dinero, dice que su “fortuna” la tiene bien guardada en varias cooperativas, una de ellas es la de San Cristóbal, y que sólo espera que aumenten sus intereses para iniciar un negocio y así poder generar fuentes de trabajo.
TACAÑO. En un breve diálogo con Última Hora, René reconoce que es jopy (tacaño) y que se tuvo que mudar de Villa Hayes a San Lorenzo, para alejarse de la gente que se iba a pedirle ayuda económica.
Con su propio hermano, quien le dio trabajo por cuatro años como vendedor de una conocida marca de leche, no compartió un solo céntimo del premio. René dice que no le dio nada, “porque a él no le falta trabajo y cada uno se maneja de acuerdo con la estructura que tiene”.
El joven se resiste a hacer declaraciones, porque dice que está cansado de que las personas quieran saber sobre su vida. “No quiero que conozcan mi nueva casa”, indica.
También quiere que los periodistas dejen de preocuparse por él, que le dejen en paz, “para poder volver a llevar una vida normal”.