Su renuncia tiene el objetivo de frenar el desgaste que está sufriendo el Ejecutivo liderado por Fumio Kishida debido a las conexiones de numerosos miembros del partido gobernante con controvertida organización religiosa conocida como Secta Moon, situada en el ojo del huracán a raíz del asesinato del ex mandatario Shinzo Abe.
Yamagiwa, quien forma parte del Gabinete de Kishida desde su nombramiento como primer ministro hace un año, trasladó este lunes su dimisión al primer ministro, quien aceptó su decisión, según explicó en declaraciones a las medios.
“Hemos concluido que lo mejor era tomar esta decisión ahora. Quería estar seguro de que mi problema no tiene consecuencias para la administración”, dijo Yamagiwa sobre el momento elegido para su renuncia, al término de la comisión presupuestaria parlamentaria.
El ministro había recibido reproches crecientes de la oposición desde que salió a la luz que había participado en eventos de la Iglesia de la Unificación y mantenido reuniones con su líder, hechos de los que no informó en un primer momento a su propio partido cuando este condujo una investigación interna sobre el tema.
Yamagiwa admitió haber participado en esos actos, aunque afirmó que “no hizo nada ilegal” y señaló que la información incorrecta o poco clara que ofreció de forma pública se debió “a que no existían registros suficientes” sobre esos eventos.
El gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) ordenó a sus miembros el pasado agosto que hicieran públicos sus vínculos con el credo también conocido como Secta Moon o Moonies, en pleno auge del escrutinio sobre las prácticas de esta organización tras el asesinato de Abe.
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El ex primer ministro nipón fue tiroteado en un acto electoral el pasado julio por un hombre que responsabilizaba a ese credo de los problemas financieros de su familia, y quien decidió atacar a Abe por considerar que había apoyado a esa organización.
El sondeo interno del PLD reveló que alrededor de la mitad de los legisladores de la formación tenían alguna conexión con el grupo u organizaciones afiliadas, lo que confirmó las críticas contra el partido y ahondó el deterioro de la imagen del Ejecutivo de Kishida, que atraviesa su peor momento de apoyo popular.
En este contexto, Kishida también ha promovido otra investigación para tratar de determinar si las prácticas de la Iglesia de la Unificación se atienen a la normativa de organizaciones religiosas.
Fundada en 1954 en Corea del Sur, esta agrupación es conocida por sus bodas masivas y genera gran controversia en Japón por las denominadas “ventas espirituales”, en las que supuestamente coacciona a sus miembros para que compren objetos a precios desorbitados, prácticas por las que se han abierto numerosos procesos judiciales en el país.