Susana Trinidad Ruiz Díaz
Investigadora, lexicógrafa
Al hablar de este hermoso y delicado encaje, una de las dudas que surgen es su origen. Muchos creen que fueron los españoles quienes lo habían traído de las Islas Canarias. Otros, basados en algunas leyendas, aseguran que el tejido tiene su origen en Paraguay. Esta controversia nos lleva una vez más al encuentro de dos culturas: la hispánica y la guaraní.
Para poder disipar la duda y aproximarnos a un esclarecimiento del origen, es necesario remontarnos a la historia para conocer las características principales de estas dos culturas. Para ello, comenzamos diciendo que los guaraníes eran silvícola. Estos hombres autóctonos eran nómadas. La creencia de que el espíritu de la persona que moría seguía rondando el lugar, llevaba a los guaraníes a no establecerse en un determinado sitio y a tener una permanente movilidad en todas las direcciones, dentro del extenso territorio que hoy conforman Paraguay, así como parte de Argentina, Bolivia y Brasil.
En cuanto al desarrollo artístico, esta cultura se destacaba en la cestería y en la alfarería, tenían conocimiento del tejido en hilo, producían un rústico telar denominado typói con las que las mujeres se vestían y los hombres la usaban como la baticola, una especie de bombacha para cubrirse las partes íntimas.
Los españoles, por su parte, se caracterizaban por sus múltiples manifestaciones culturales, producto de la presencia de otras culturas en su territorio. Parte de esa cultura trajeron cuando empezaron a habitar estos territorios que luego denominaron América.
Cuando se produjo la colonización de la denominada nueva tierra, llegaron personas de diferentes partes de España que se asentaron en los diferentes lugares que eran del dominio español. Entre sus producciones artísticas se destacan las labores textiles. El tejido con aguja, con bolillo y el deshilado eran una de las técnicas utilizadas en la elaboración de los encajes que se constituían en ornamentos muy requeridos entre los siglos XVI y XVII en España. Cada zona se destaca con un determinado tejido.
Entre estos trabajos artesanales nos detenemos especialmente a observar los encajes hechos en Tenerife. Reconocemos que esos trabajos guardan similitud con el ñandutí hecho en Paraguay y si creemos que el encaje fue traído por los españoles, pero la diferencia se nota en las diferentes palabras que el criollo utilizaba para referirse al tejido, comenzando por el nombre mismo del ñandutí.
ETIMOLOGÍA DEL ÑANDUTÍ
Para poder aproximarnos al concepto de esta palabra ñandutí, nos fijaremos en la definición encontrada en el Diccionario de la lengua española (DLE) de la RAE:
ñandutí. Del guar. ñandutî ‘araña blanca’.
1. m. Arg., Bol., Par. y Ur. Encaje blanco, muy fino, originario del Paraguay, que imita el tejido de una telaraña.
Si nos fijamos en la parte etimológica, observamos que dice: el ñandutí viene (del guaraní ñandutî, araña blanca), de acuerdo con el análisis que daremos a continuación, creemos que la etimología puede explicarse así: En guaraní, el trabajo hecho por el ñandú (araña) se denomina ñandurenimbo y el color blanco recibe la denominación morotî. Viendo estos dos significados, se podría decir que la palabra ñandutí se formó mediante el acortamiento de ñandurenimbo: telaraña + morotî: blanco = ñandutî (telaraña blanca).
De la palabra ñandurenimbo se tomaría ñandu, y de la palabra morotî, tî, luego se unirían para formar ñandutî: telaraña blanca.
Teniendo en cuenta el análisis realizado, una opción que podría considerarse para enmendar la etimología del DLE es:
ñandutí. (Del ñandurenimbo: telaraña + morotî: blanco = ñandutí, telaraña blanca).
En el Diccionario de americanismos de la RAE, también se recoge la palabra:
ñandutí. (Voz guaraní).
I.1. m. Bo, Py, Ar, Ur. Encaje muy fino y delicado que imita el tejido de una telaraña. (ñanduty).
Asimismo, podemos encontrar en el mismo diccionario el siguiente lema que se remite a la definición de ñandutí:
ñanduty. I. 1. Py, Ar, Ur. ñandutí.
El uso de la entrada anterior es poco frecuente. También podemos encontrar la palabra ñandutí en el Diccionario del castellano paraguayo:
ñandutí. (Vos guar.) 1.1. m. Encaje muy fino y delicado que imita el tejido de una telaraña.
En su Diccionario del castellano usual del Paraguay, el académico Juan E. Aguiar, lo presenta de la siguiente manera:
ñandutí. 1. m. Encaje muy fino, generalmente blanco, hecho a mano, originario del Paraguay, que imita el tejido de una telaraña. Se utiliza como elemento decorativo de la casa o para confeccionar con él faldas, blusas, manteles, mantillas, carpetas, etc.
Para comprender más la realidad cultural y lingüística del Paraguay, que es un producto del contacto de dos culturas, también podemos notar que la mayor parte de las palabras que conforman el léxico del ñandutí está escrita en guaraní o en yopará (mezcla de español y guaraní). Como ejemplos tenemos nombres de algunos dechados: ara sape, arasa poty, avatî poty, buey pypore, hesa cuatro, hesa ocho, takuru, farol.
REFLEJO DEL SER GUARANÍ
El ñandutí paraguayo mediante sus diferentes dechados refleja al ser guaraní, ese ser que se mantiene en pie por casi cinco siglos, mediante el idioma porque según la historia, no fue fácil para los españoles lograr someter a los guaraníes.
El principal escollo era la lengua. Desde luego en la cultura guaraní, la lengua, la palabra es el fundamento del ser: la palabra es el (anga) alma misma de cada persona.
Por eso creemos que lo que le hace al ñandutí ser paraguayo no es lo material, el encaje mismo, sino más bien lo que lo hace paraguayo es esa riqueza léxica mediante la cual hace referencia a los diferentes dechados. Aunque desde los primeros contactos, el español ha querido desplazar al guaraní, este se ha mantenido y sigue manteniéndose latente mediante el uso de la lengua, de la palabra que se iba transmitiendo de generación en generación y ha quedado lexicalizada en la memoria de quienes se sienten identificados con este idioma.
El ñandutí guarda en sus tejidos el legado cultural de dos pueblos que se constituyeron en raíces que han dado origen a una nueva generación que ha evolucionado, enriquecido con los valores y normas de sus antecesores.