05 feb. 2025

El negocio del verano no debe ser excusa para violar las leyes

Playas con gran show mediático pero sin licencia ambiental, balnearios con agua contaminada que ponen en peligro la salud de la población, menores de edad que manejan autovehículos, venta y consumo de drogas y alcohol sin control, son prácticas comunes en las localidades que han hecho del verano un estupendo negocio. Las municipalidades, la Policía, la Fiscalía y la Justicia son cómplices al no hacer cumplir las leyes.

En esta misma edición, Última Hora publica un informe especial sobre la otra cara del verano. Un equipo periodístico se sumergió en “la movida” de San Bernardino, para mostrar un grave panorama: Menores de edad que ingresan sin muchos problemas a las discotecas a pesar de que la ley lo prohíbe, que acceden a adquirir drogas y alcohol con bastante facilidad, y que las consumen en plena vía pública, a la vista de los propios policías.
Esta crítica situación se suma a otras que la prensa ha denunciado durante las últimas semanas, como las playas que son habilitadas con mucho despliegue mediático pero no cuentan con la licencia ambiental correspondiente, o los balnearios que funcionan con permiso de la municipalidad local, a pesar de las reiteradas advertencias de la Secretaría del Ambiente (Seam) y del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa), de que las aguas están contaminadas y constituyen un peligro para la salud de la población.
Es preocupante que los intendentes o concejales municipales, entusiasmados por los altos ingresos económicos que se registran por la gran concurrencia de personas a estos sitios durante los meses de verano, avalen abiertamente la violación de las leyes, al cerrar los ojos ante casos de niños y adolescentes que conducen vehículos automotores por las calles céntricas o rutas con mucho tráfico, ante la venta libre de alcohol a los mismos, o incluso autorizando localmente el funcionamiento de lugares que infringen las normas ambientales.
Como un lamentable ejemplo se puede recordar que el intendente de San Bernardino, Brígido Sanabria, alegó recientemente que “no se puede ser tan estricto” en épocas de vacaciones, cuando los periodistas le reclamaron por el peligro de los niños que transitan montados en cuatriciclones a gran velocidad por la calles de la ciudad del lago.
No se puede ignorar que la mayoría de estas localidades veraniegas dependen principalmente del ingreso económico que perciben en los pocos meses que duran las vacaciones, pero ello no debe ser excusa para permitir la abierta violación de las leyes, poniendo en riesgo no solo sus propios valiosos recursos naturales, sino esencialmente la salud y la vida de las personas.
El mejor negocio es apostar por un país en serio, donde las normas de convivencia y de derecho sean respetadas y cumplidas por todos. Un país en donde, más que el lucro fácil y pasajero, se busque el desarrollo integral que permita que todos podamos disfrutar de nuestras vacaciones en lugares lindos, bien cuidados y armoniosamente protegidos.