09 feb. 2025

El neoproteccionismo de EEUU

El presidente Trump está cambiando la política comercial que desarrolló EEUU en las últimas cuatro décadas. Su enfoque está centrado en maximizar la participación de EEUU y de sus trabajadores en las cadenas de valor industriales, idealmente alcanzar el 100%, y está revisando su política de aranceles y acuerdos comerciales para alinearlos a esta visión sobre la estrategia de desarrollo de EEUU en los próximos años.

Sin embargo, es importante comprender que esta visión va más allá del presidente Trump y ha permeado todo el espectro político de EEUU. Así, el ex presidente Joe Biden mantuvo los aumentos de aranceles a las importaciones provenientes de China, que fueron impuestos por el presidente Trump en su primer mandato y le sumó sanciones a empresas chinas y la implementación de una amplia política de subsidios a la producción de ciertos componentes tecnológicos estratégicos como los chips o a la compra de automóviles eléctricos, al mismo tiempo de imponer altos aranceles a la importación. El mismo enfoque proteccionista, pero implementado con instrumentos diferentes.

En su segundo mandato, el presidente Trump viene recargado. Ha impuesto aranceles del 25% a sus vecinos, México y Canadá, principales aliados y socios en el Acuerdo de Libre Comercio llamado T-MEC, que posteriormente dejó en suspenso por 30 días para negociar un nuevo acuerdo y mientras ambos países implementan medidas satisfactorias para evitar la emigración ilegal y el tráfico de drogas hacia EEUU. Además, impuso un arancel adicional del 10% a todas las importaciones provenientes de China, que ya está en vigor. Y está pendiente el arancel general de entre el 10 y 20% para todas las importaciones, de cualquier origen. Dada la participación de la economía americana en la economía mundial, este cambio en su política comercial tendrá grandes repercusiones en los flujos comerciales y de inversión extranjera a nivel planetario en los próximos años.

Además, esta decisión respecto a sus socios implica una modificación del escenario para las empresas multinacionales norteamericanas que con base en la estrategia de near-shoring impulsada por el Gobierno de Biden venían relocalizando sus operaciones en los países vecinos para reducir los riesgos derivados de la alta dependencia de su cadena de suministros de la maquinaria industrial China. Por lo tanto, el nuevo paradigma es el on-shoring, la reconstrucción del aparato industrial, concentrar toda la cadena de producción e importar solo los insumos y materias primas que no puedan ser producidos en EEUU, y, la política de aranceles y acuerdos comerciales, responderá a esta nueva estrategia.

En este nuevo escenario, debemos evaluar nuestra estrategia de relacionamiento con EEUU. Paraguay ha sido históricamente un aliado fiel, acompañando sus estrategias geopolíticas e indicaciones de manera disciplinada. Así, por ejemplo, hemos mantenido el apoyo a Taiwán a pesar de los costos económicos resultantes de no poder exportar a China continental, cuando otros países decidieron abandonarlo. Es importante entender el valor de esta alianza para EEUU bajo su nueva política exterior y negociar acuerdos bilaterales equitativos para ambas partes. En términos comerciales, la relación bilateral con EEUU es pequeña pero altamente deficitaria para nuestro país. Según datos del MEF, en el 2024 exportamos unos USD 400 millones, principalmente carne vacuna, e importamos por un valor cercano a USD 1.200 millones, principalmente derivados del petróleo, con un déficit de casi USD 800 millones.

Por lo tanto, a pesar del giro proteccionista de EEUU, existen bases suficientes para profundizar las relaciones que redunden en beneficio de ambas naciones. La ampliación de convenios de educación superior, evitar la doble tributación, la posibilidad de insertarnos a cadenas productivas de EEUU con insumos, materias primas o factores competitivos, como la carne o el sésamo, o la instalación de data centers y otros servicios para el desarrollo de la inteligencia artificial en EEUU, aprovechando la disponibilidad de energía y el potencial de la energía solar a costos competitivos de nuestro país, etc., son solo algunas de las áreas más evidentes de integración que pueden ser explorados.

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