01 abr. 2025

El otro Paraguay solidario

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

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Tras la oscura sombra del país de la corrupción y la impunidad, de la injusticia y la desigualdad, del autoritarismo y la discriminación, de la mediocridad política y la intolerancia, hay otro Paraguay maravilloso que muestra sus destellos de luz en los momentos de desesperanza.
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Es el Paraguay que hoy resiste heroicamente bajo improvisadas tiendas de campañas en los patios del Ineram, del Hospital Nacional de Itauguá, de la Clínica Ingavi del IPS o del Hospital de Clínicas. El que socializa pedidos urgentes de medicamentos o balones de oxígenos a través de las redes sociales en internet, que construye solidarias cadenas de respuesta rápida y logra salvar vidas ante la ineficiencia estatal y tantas necesidades, en estos horribles tiempos de pandemia.

Es el Paraguay que recolecta víveres donados por los vecinos y prepara suculentos tallarines en grandes ollas populares o que arma nutritivos sándwiches en las cocinas hogareñas, para luego acercarlos a los pacientes y familiares que resisten durante días y noches a la intemperie, en las antesalas de los hospitales. Son alimentos para el cuerpo, pero también para el alma, ya que junto a cada bocado hay mensajes escritos con puño, letra y corazón: “¡Mucha fuerza!”, “¡no te rindas!”, “¡estamos a tu lado!”, “¡sos muy valiente!”, “¡vamos a superar esto juntos!”.

Es el Paraguay de los médicos y trabajadores de la salud que no se doblegan ante las extremas carencias de un sistema que durante décadas dio prioridad a los mega-shoppings, las autopistas o los campos de soja y ganado, dejando de lado los hospitales públicos. Admirables héroes de blanco que atienden en camillas o sillones improvisados en los pasillos ante la falta de camas de terapia y se mantienen en pie a pesar de las continuas muertes de sus colegas, sin renunciar a sus reclamos de un mayor y mejor presupuesto para la salud.

Es el Paraguay de los músicos y artistas que sufren por haber quedado sin trabajo con las medidas de cuarentena, pero no dejan de regalar su talento creativo para dar ánimo y contagiar esperanzas. Es el país de los escritores, editores y promotores culturales que habilitan bibliotecas callejeras de acceso libre y público junto a los hospitales, o que promueven ferias libreras a bajo costo para seguir construyendo cultura. Es el país de los que encuentran formas alternativas para continuar ofreciendo teatro, conciertos y producciones audiovisuales en formatos de transmisión digital, dando fe de que la energía creadora sigue viva para afianzar una sociedad con mejores valores.

Es el otro Paraguay solidario que nos salva ante el cotidiano país de políticos ladrones, de gobernantes pillos y peajeros, de jueces que se venden al mejor postor, de fiscales que actúan bajo mandatos de sus padrinos mafiosos, de policías que reprimen y apresan a estudiantes rebeldes y manifestantes en protesta, de empresarios y comerciantes aprovechadores, del resto de los ciudadanos y ciudadanas inconscientes que siguen con la joda, sin mantener los cuidados sanitarios recomendados para evitar más contagios, poniendo en grave riesgo su propia vida y la de sus seres queridos.

No dejemos que muera este otro Paraguay solidario. Nos permitirá renacer a un país mejor, después de este tiempo de pesadilla.