El pontífice, que no leyó la catequesis en la plaza de San Pedro, sino que lo hizo un colaborador suyo porque él aún está “un poco resfriado”, se refirió a los “muchos jóvenes” que mueren en “la locura de la guerra”, que, señaló, “siempre es una derrota”.
“Perseveremos en la oración por quienes sufren las terribles consecuencias de la guerra”, dijo ante los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
El papa también reveló que había recibido un regalo muy especial: “Hoy me trajeron un rosario y un evangelio de un joven soldado muerto en el frente, rezaba con él”, aunque no especificó su nacionalidad ni el conflicto bélico.
Puede leer: El Papa pide coraje para negociar la paz
“Muchos jóvenes, muchos jóvenes, van a morir. Oremos al Señor para que nos dé la gracia de vencer esta locura de la guerra que siempre es una derrota”, concluyó.
A pesar del frío y de su resfriado, el pontífice volvió a celebrar la audiencia general por segunda semana consecutiva en una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles, a la que llegó en su papamóvil, en el que le acompañaban cuatro niños de corta edad, mientras saludaba a los presentes.
Fuente: EFE