“Pidamos que el Sínodo sea kairós de fraternidad, lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de las murmuraciones, las ideologías y las polarizaciones”, dijo Francisco en una vigilia de oración por el Sínodo que celebró hoy en la plaza de San Pedro, junto a otros líderes religiosos como el patriarca ecuménico Bartolomé y el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby.
El día antes del inicio del Sínodo, un grupo de católicos encabezados por el cardenal estadounidense Raymond Burke han organizado una rueda de prensa para expresar su oposición a esta asamblea que consideran que será “la caja de Pandora” de la Iglesia.
El Papa también realizó un elogio del silencio y dijo que “la verdad no tiene necesidad, para llegar al corazón de los hombres, de gritos violentos”.
“A Dios no le gustan las proclamas y los alborotos, las habladurías y la confusión; prefiere más bien el rumor de una brisa suave”, dijo Francisco, que agregó que “necesitamos liberarnos de tantos ruidos para escuchar su voz. Porque solo en nuestro silencio resuena su Palabra”.
Estas reflexiones fueron una recomendación para los 464 participantes de los cinco continentes en el Sínodo, a quien se les ha pedido que respeten el carácter confidencial de la reunión en la que se abordarán temas importantes como la acogida a los homosexuales o la mayor presencia de la mujer.
Antesala. Este acto sirvió de preparación al retiro obligatorio de tres días en una localidad cerca de Roma, de la que son participantes en el Sínodo, desde ayer y hasta el martes, cuando comenzarán los trabajos de la asamblea.
El Vaticano confirmó hace unos días que de los 464 participantes en el Sínodo, los que tendrán derecho a voto serán 365, incluido el Papa y 54 mujeres, mientras que habrá 85 sin derecho a voto, 27 de ellos mujeres.
mayor apertura. Con una revolucionaria decisión, Francisco permitirá que las mujeres y los laicos que han sido elegidos para participar en el Sínodo puedan votar el documento final por primera vez en esa asamblea, en la que hasta ahora solo se permitía a los prelados.
Habrá obispos de todo el mundo, incluso de Rusia y Ucrania, y entre los invitados especiales, sin derecho a voto, está confirmado que participarán por decisión del Papa, entre otros, James Martin, jesuita estadounidense cercano al colectivo LGTB, y el antisistema y responsable de una ONG de rescate de migrantes Luca Casarini.
El prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, reiteró que las próximas sesiones, que tendrán lugar del 4 al 30 de octubre en el Vaticano, serán “confidenciales”, por lo que se desconoce lo que se comunicará a los medios de información sobre la asamblea, tanto antes como durante del cónclave.