En concreto, 10 respiradores pulmonares llegarán a tres hospitales de Siria, en colaboración con la Fundación AVSI, una de las organizaciones internacionales que operan en ese país y que colabora con tres centros en el proyecto “Hospitales abiertos”.
La ayuda también llegará a Tierra Santa: otros tres respiradores serán destinados al hospital “San Giuseppe” de Jerusalén, Gaza recibirá equipos de diagnóstico y se ofrecerá una “contribución extraordinaria” al hospital “Holy Family” de Belén.
La ayuda fue canalizada a través de la Congregación para las Iglesias Orientales, tras las sugerencias de las nunciaturas apostólicas, y además se está estudiando las peticiones llegadas de otros lugares.
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Por otro lado, la Congregación garantizó la ayuda que cada año destina a las escuelas y a las universidades católicas y a los programas de apoyo a los desplazados de Siria e Irak y a los refugiados en Líbano y Jordania.
Esto “a pesar de la incertidumbre económica”, se lee en la nota.
La Congregación para las Iglesias Orientales ha instituido un Fondo de Emergencia siguiendo las directrices del Papa para “no dejar solos a quienes sufren” y a los “más pobres” en la lucha contra la “emergencia mundial” causada por el coronavirus.
La contribución llega gracias a la colaboración de la asociación católica para Oriente Próximo (CNEWA, en inglés) y otras agencias que componen la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), lo que permitirá garantizar algunas donaciones.
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Además, se cuenta con lo recabado en la llamada colecta de Tierra Santa, que este año tendrá lugar el 13 de setiembre en vez del Viernes Santo.