El papa Francisco viaja a Tailandia donde relanzará el diálogo con los budistas y después se trasladará a Japón, donde al visitar Nagasaki y Hiroshima, las ciudades de los bombardeos atómicos de 1945, clamará por el desarme nuclear.
“El tema elegido para mi visita es ‘Proteger toda Vida’. Este fuerte instinto, que resuena en nuestro corazón, de defender el valor y la dignidad de toda persona humana, adquiere una importancia particular ante las amenazas a la coexistencia pacífica que hoy día el mundo tiene que enfrentar, especialmente en los conflictos armados”, afirmó el Papa en español, el idioma que utilizará durante su viaje.
Confió en que su visita aliente al pueblo japonés “en el camino del respeto mutuo y del encuentro que conduce a una paz segura y que dura en el tiempo, que no vuelve atrás”.
“La paz tiene eso de lindo, que cuando es real, no retrocede: se la defiende con los dientes”, agregó.
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En el video enviado el pasado viernes a los tailandeses, Francisco elogió que “Tailandia ha trabajado mucho para promover la armonía y la coexistencia pacífica, no solo entre su gente, sino en toda la región del sudeste asiático”.
Y señaló que su viaje al país servirá para “fortalecer los lazos de amistad que compartimos con numerosos hermanos y hermanas budistas” y abogó para que esta visita “contribuya a poner de relieve la importancia del diálogo interreligioso, el entendimiento mutuo y la cooperación fraterna, especialmente en el servicio a los pobres, a los más necesitados y en el servicio a la paz”.
Se trata del viaje internacional número 32 del Papa y su cuarto viaje a Asia al haber visitado Corea del Sur en 2014; Sri Lanka y Filipinas en 2015; y Myanmar y Bangladesh en 2017.