El papa Francisco ha continuado su tratamiento, así como la fisioterapia respiratoria y motora, y ha dedicado la jornada a la oración y a trabajar un poco, indicaron las fuentes vaticanas ante la falta de un parte médico.
También se confirmó que se ha suspendido la ventilación mecánica no invasiva, la máscara de oxígeno que utilizaba por las noches, mientras que el oxígeno de alto flujo con cánulas nasales durante el día también se administra de manera gradualmente reducida tras 36 días ingresado por una neumonía bilateral.
En cuanto al ángelus del próximo domingo, por el momento se espera que siga siendo por escrito, como desde hace cinco domingos. En cuanto a la Semana Santa, la Santa Sede tiene un “plan B”, ante la ausencia de Francisco en los principales actos.
“HABRÁ SORPRESAS”. Quien dio algunos detalles sobre la salud del papa fue el prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino, Víctor Manuel Fernández, muy cercano a su compatriota, que aseguró que el pontífice tras salir del hospital “iniciará una nueva etapa” en la que “habrá sorpresas” y que no cree que vaya a renunciar.
“El Papa es un hombre de sorpresas y seguramente habrá aprendido muchas cosas en este mes y le saldrán afuera del sombrero aun sabiendo que esto significa un esfuerzo muy pesado para él, un momento difícil, sé que será fecundo para la Iglesia y el mundo”, explicó Fernández hablando con los periodistas al margen de un acto.
Mientras que sobre si podría renunciar, el prefecto fue tajante: “No creo verdaderamente, eso no”. Y explicó que siempre confió en su recuperación “porque se encuentra verdaderamente muy bien físicamente”.
Precisó que “ahora hace falta una rehabilitación porque mucho tiempo con oxigenación de altos flujos te seca la tos y casi tenés que volver a aprender a hablar”. EFE