“Queridos hermanos sacerdotes, perdonamos, perdonemos siempre, y nos reencontraremos a nosotros mismos, concedamos siempre el perdón a quienes lo pidan (...) Pongamos de nuevo el perdón de Dios en el centro de la Iglesia”, animó el pontífice argentino.
Y añadió, mirando a los curas que asistieron a la liturgia: “Y vosotros queridos hermanos sacerdotes no preguntéis demasiado, dejad que hablen y perdonad todo, no andéis ahí... (indagando), no”.
El papa salió este viernes de los muros vaticanos para acudir a este barrio de la periferia romana y presidir una “liturgia penitencial” en el marco de la iniciativa “24 horas por el señor”, que se celebra cada año en todas las diócesis antes del tercer domingo de Cuaresma.
Francisco llegó a las puertas de la parroquia en la silla de ruedas que desde hace tiempo utiliza por sus conocidos problemas de movilidad y saludó a los numerosos fieles que le esperaban en la calle, entre estos muchos niños.
Dentro del templo, el pontífice argentino, que en los últimos días ha padecido un resfriado que a menudo le impedía leer sus discursos, pronunció una homilía centrada en el perdón, asegurando a los fieles que le escuchaban que “Dios no se cansa nunca de perdonar”.
“Él lo quiere, porque nos quiere renovados, libres, ligeros en el interior, felices y en movimiento, no aparcados en las calles de la vida. Él sabe lo fácil que es para nosotros tropezar, caer y acabar por el suelo, y quiere ayudarnos a levantar”, aseguró.
Tras la lectura de su homilía, Francisco confesó personalmente a algunos fieles en un lateral del templo.
INTELIGENCIA ARTFIICIAL. Por otra parte, el Papa ha nombrado al responsable de la filial de Inteligencia Artificial (IA) de Google, Demis Hassabis, nuevo miembro ordinario de la Pontificia Academia de Ciencias, confirmó este viernes la Santa Sede.
Hassabis (Londres, 1976) es cofundador y consejero delegado de Google DepMind y entre los premios logrados en su carrera, como experto en ciencia computacional y neurociencia, además de ajedrecista, consta la Medalla Pío XI de la Pontificia Academia.
Esta institución vaticana, fundada en 1936, pero cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, integrada por académicos de todo el mundo, sigue la evolución de la ciencia, la tecnología y la bioética y su eventual aplicación a los problemas globales.
El papa Francisco sigue con atención el surgimiento de la IA, un tema que precisamente centró su mensaje para la última Jornada Mundial de la Paz, difundido el pasado diciembre.
El Pontífice, que frecuentemente ha aparecido en montajes fotográficos desarrollados con esa tecnología, advirtió de los peligros que entrañaría un mal uso de la IA para la paz y la supervivencia humana y pidió a la comunidad internacional esfuerzos para que sea usada para resolver conflictos e injusticias.
Asimismo, ha nombrado a otros cinco nuevos miembros para la Pontificia Academia de las Ciencias, entre los que figura el uruguayo Rafael Radi Isola, director del Departamento de Bioquímica de la Universidad de la República de Montevideo.