“El estado clínico del Santo Padre en los últimos días se ha mantenido estable y, en consecuencia, atestigua una buena respuesta a la terapia”, subraya el último informe médico difundido por la Santa Sede.
El líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo fue ingresado el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral. Desde entonces, su estado de salud ha sufrido altibajos.
Prudencia. La última recaída tuvo lugar el lunes, cuando sufrió “dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda”, pero, desde entonces, no se ha informado de nuevas crisis. Pese a la “gradual y leve mejoría”, los médicos mantienen “prudentemente todavía el pronóstico reservado”, según el parte médico.
En los últimos días, una mascarilla de oxígeno le ayudó a respirar durante la noche, que cambió durante el día por cánulas nasales de alto flujo, un soporte más ligero. Y Francisco alternó la fisioterapia, con el descanso, la oración y algo de trabajo.
Los doctores no se pronunciaron en cambio sobre cuánto durará el ingreso ni tampoco sobre el tiempo que podría tomar la convalecencia de Jorge Bergoglio. AFP