En ese momento, Wiens dejó en claro que la obligación del MOPC –según la ley– era el ingreso del 50% de las aguas al país, lo cual está estipulado en un acuerdo internacional, y que se debe cumplir ya sea con aguas altas, bajas y medias. “Solicito el 50% de las aguas bajas, altas y medias, para eso se da el presupuesto”, fue una de sus afirmaciones.
Un año después de esta arenga, el entonces senador, nuevamente, mostró su indignación ante la crisis del Pilcomayo y en su intervención en el Congreso, calificó a Jiménez Gaona como “el ministro más inútil de nuestra historia” y que será recordado así por los chaqueños.
No pasaron ni dos años de esta alocución y actualmente, los pobladores del Pilcomayo nuevamente se están quedando sin el preciado líquido vital, fundamental para el ecosistema. Los discursos de Wiens quedaron en el pasado y quizás se podrían reflotar nuevamente para fomentar cambios reales a esta problemática.
Lo cierto es que el agua del río no está ingresando al territorio nacional debido a la colmatación de la embocadura y el 100% del líquido vital se dirige hacia territorio argentino.
Según ganaderos de la zona, el canal paraguayo, desde el km 0 hasta el km 50, parecía un desierto hace unos días e incluso advirtieron que las aguas acumuladas abajo también volverán a secarse.
elevado presupuesto. Esta situación se repite pese a que la administración de Wiens tiene un presupuesto de G. 132.000 millones para realizar en forma los trabajos de canalización y limpieza, que es uno de los fondos más elevados de los últimos años.
Vale señalar además que en ocho años, el negocio del Pilcomayo a las contratistas del MOPC ya llegó a USD 52 millones y capaz esta sea la explicación para que nada cambie hasta hoy.
Pese a que casi todos los trabajos fueron duramente cuestionados y fueron denunciados por irregularidades, el negocio sigue sin ningún control de las autoridades.
Ya es sabido por todos que el “negocio” consiste en licitar cada año los trabajos de manera tardía para evitar una buena medición después de la riada; es decir, los trabajos se hacen siempre justo días antes de la riada y cuando llega el agua nadie puede contabilizar lo que se hizo.
Otro de los problemas es que el MOPC comienza las obras sin adjudicar la fiscalización, tal como lo está encarando en este momento la actual administración, lo cual pone en dudas las tareas. Justamente, recién ayer recibieron las ofertas de los interesados de este llamado.
Es hora de que las autoridades del MOPC tomen en serio la problemática del río Pilcomayo y presenten soluciones definitivas a la problemática o seguiremos sumando ministros inútiles con errores reiterativos que generan pérdidas millonarias al país. Capaz, el ministro Arnoldo Wiens empiece a tomar en serio la crisis actual si recibe de regalo un yacaré de peluche de algún legis-lador.