Por Luján Román <br/><br/>Antes de que termine el ciclo lectivo 2011, los aumentos en las cuotas en colegios privados, de solo pensarlo, ya vacían las finanzas de papá y mamá de cara al próximo año. <br/><br/>En algunos colegios privados de la capital, por jugar a la plastilina, pintar cuadernos y unir puntos, los niños que van al nivel inicial pagan incluso más que un estudiante que cursa una carrera universitaria.<br/><br/>En la actualidad, un alumno que estudia una carrera tan compleja que busca salvar vidas, como la Medicina en la Universidad Católica, abona G. 1.200.000, menos que un niño que irá el año próximo en el kinder en el Colegio Goethe, que abonará G. 1.400.000 (ver info).<br/><br/> En boca de los directivos de colegios privados, la justificación por la suba de las cuotas para el año que viene es el nuevo régimen de pago del seguro social. Algunas instituciones subieron entre un 10 % al 15 % los aranceles.<br/><br/> Esta solución “castiga a los padres. No puede ser que los colegios que ni siquiera contratan a profesores con licenciatura cobren casi como una universidad en Estados Unidos”, señalan Sylvia Villalba y su marido, cuyo hijo diariamente asiste al segundo grado de la educación básica en una institución privada.<br/><br/>CUOTA. “Todos hacemos un esfuerzo para pagar la cuota, te amenazan con que si no pagás antes del examen, tu hijo no rinde. En el mes de octubre ya nos enviaron una carta que debíamos firmar para reservar el lugar de nuestros hijos, de no estar firmada no reservaban el lugar y nada de esto tienen en cuenta”, reclama.<br/><br/> Desde agosto pasado, tras la caída de varios alumnos por el derrumbe de la gradería del colegio Nihon Gakko, Noelia Ricagno está preocupada porque en dicha institución también subieron los aranceles. <br/><br/> “Creo que no concuerda lo que ellos cobran con lo que ofrecen en infraestructura, en la que poco y nada se invierte en este caso. En realidad, a los directivos, cuando les llamás la atención ellos te dicen que si no te gusta, le mudás. Así de sencillo; por ejemplo, tienen pupitres en los que te sentás y te rompen toda la ropa. Por eso, te digo, por lo que se refleja, todo es lucrar”, sostiene.<br/><br/> A la hora de las comparaciones, otra mamá, Gisel Servín, reflexiona que no en todos los casos se dan los aumentos. “Mi hija se va a Las Almenitas, donde yo me eduqué. Te puedo decir que yo pagaba hace 10 años atrás G. 300.000 menos de lo que se cobra hoy. No hay tanta diferencia”, dice. <br/><br/> MÁS QUE EL MÍNIMO. En el colegio San Ignacio de Loyola, los padres se preparan para recibir un 2012 pagando una matrícula superior a G. 2.000.000, y durante los 10 meses de escolaridad, más que un salario mínimo: G. 1.825.000.<br/><br/>Pero, ¿cuántas personas tienen capacidad económica para hacer frente a las alzas de las cuotas? En el país, donde 1.913.000 trabajadores reciben menos que el salario mínimo vigente, de G. 1.658.232, solo unas 620.000 personas ganan entre uno y dos salarios básicos.<br/><br/>La diferencia es abismal al momento de hablar sobre costos educativos con universitarios de la Universidad Nacional. El estudiante de Contables Javier Gauto y el de periodismo Ricardo Roa subrayan que la matrícula que pagan no supera los G. 200.000, un monto dos veces y un poco menor de lo que paga un futuro ingeniero industrial en la Universidad Americana, y seis veces menos de lo que paga un bachiller en Las Teresas.<br/><br/> La situación preocupa, tanto que ciertos padres en este momento ya barajan la idea de mudar a sus hijos de colegio, aunque aún se resisten a mudarlos a colegios públicos.<br/><br/>
<h2>Comparativo de costos en universidades y colegios privados (PDF)</h2>