En su discurso, televisado anoche a través del burkinés Canal 3, Compaoré también informó de la suspensión del estado de sitio que él mismo había decretado en la tarde de ayer, tras las violentas protestas desatadas en la capital, Uagadugú, contra su voluntad de prolongar su mandato, que ya dura 27 años.
“Estoy dispuesto a iniciar conversaciones para un período de transición, después del cual trasmitiré el poder a un presidente que sea elegido democráticamente”, declaró.
El jefe de Estado, que mantuvo la disolución del Gobierno anunciada horas antes, también confirmó la “cancelación” del proyecto de ley para modificar la Constitución que iba a permitirle aspirar a un quinto mandato, contra lo que los burkineses han protestado masivamente durante esta semana.
Compaoré llamó a los líderes de la oposición a poner fin a las manifestaciones y apeló al diálogo con “todos los actores” para buscar un camino hacia la paz y el restablecimiento de la calma.
“Las violentas protestas que han devastado y sumido a nuestro pueblo en un estado de estupor no honran esta tierra de hombres honrados, pero he escuchado el mensaje y he comprendido las elevadas aspiraciones de cambio”, admitió.
Compaoré expresó además su “más sentido pésame a las familias de las víctimas”, entre las que figura un centenar de muertos, informaron fuentes de la oposición política al portal de noticias Burkina 24.
Igualmente, llamó a la Policía y manifestantes a respetar la integridad física de los ciudadanos y la propiedad pública y privada.
“Sigo convencido de que el diálogo constructivo permitirá a nuestro pueblo recuperar la tranquilidad de antaño y mirar hacia el futuro con confianza”, agregó.
Horas antes de la intervención del presidente, el jefe del Estado Mayor, Honoré Nabere Traoré, anunciaba la disolución del Parlamento y el Gobierno, a través de un comunicado.
El jefe del Ejército burkinés informó de la creación de un "órgano de transición”, integrado por “todas las fuerzas de la nación”, para garantizar el retorno a la normalidad en un plazo de 12 meses.
Además, decretó el toque de queda en todo el país desde las 19.00 hasta las 06.00, hora local y GMT.
Las protestas contra el presidente de Burkina Faso, que lleva en el poder desde 1987 tras protagonizar un golpe de Estado en el que murió su antecesor, Thomas Sankara, arrancaron hace dos días, cuando miles de personas se manifestaron en la capital al grito de “Veintisiete años es suficiente”, en alusión al tiempo que lleva Compaoré en el poder.
Ayer, las protestas se extendieron e intensificaron en todo el país, especialmente en Uagadugú, donde se desató el caos cuando centenares de manifestantes asaltaron e incendiaron el Parlamento de Burkina Faso en protesta por la votación de la enmienda constitucional.
Los manifestantes también asaltaron las sedes de la televisión y de la radio públicas, a las que obligaron a cortar la emisión, numerosas tiendas de la ciudad fueron saqueadas y las viviendas de diferentes ministros incendiadas.
Desde su independencia en 1960 hasta la llegada de Campaoré a la presidencia en 1987, la historia de Burkina Faso, antes conocido como Alto Volta, se ha caracterizado por una sucesión de golpes de estado.