El histórico dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) Domingo Laíno, uno de los más importantes referentes políticos y sociales en lo que fue la lucha contra la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), señaló a ÚH las implicancia que tuvo el modelo económico y social de la dictadura militar más larga de Latinoamérica y lo que arrastra el país hasta nuestros días a consecuencia de ello, puntualmente el resurgimiento del stronismo a partir del gobierno del hijo del ex secretario privado del dictador.
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–¿Qué significó para el Paraguay la dictadura de Alfredo Stroessner?
–Para el Paraguay fue realmente una experiencia traumática. Creo que el daño que ha hecho el dictador Alfredo Stroessner al Paraguay, a su sociedad, a la nación entera, ha sido realmente grave. Generalmente analizamos las violaciones a los derechos humanos, que fue una gran tragedia social que trajo el stronismo. Puedo hablar con cierta autoridad porque fui torturado, apresado, exiliado y también fui secuestrado en una oportunidad. Pero olvidamos otro factor importante que es el modelo económico y social que con Stroessner funcionaba en el Paraguay. Ese modelo, siguiendo el derrotero de otras dictaduras como la de Morínigo, no era solamente corrupto, sino que funcionaba para hacer más rico al rico y más pobre al pobre; es decir, un modelo concentrador de la riqueza y sobre todo de riqueza malhabida, y ahí se agrava el tema. Este modelo arrastró al Paraguay hacia la desigualdad.
–¿Cómo ve este proceso socioeconómico luego de la caída del stronismo?
–Paraguay sigue siendo uno de los países más desiguales de América y el Caribe, y este modelo económico injusto se afianzó en el stronismo y actualmente sigue galopando, durante toda la transición, aunque con ciertos altibajos. Naturalmente ahora tenemos algo nuevo en esta transición. Antes los partidos tradicionales se dividían entre decentes e indecentes; hoy nos encontramos en la dirigencia de los dos partidos tradicionales con personas corruptas, muchos denunciados, otros procesados y algunos ya en la cárcel. Son diputados y senadores del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y del Partido Colorado. Evidentemente estos partidos tradicionales sostienen, como en la época de Stroessner, a personeros escombros que saquearon las arcas del Estado y debieron ser expulsados de la función pública.
–¿Cómo ve el fenómeno de la ocupación territorial brasilera en la frontera durante el stronismo?
–Esa es una cuestión muy importante porque toca la soberanía nacional, la independencia del Paraguay. Yo me atreví a estudiar el caso de la penetración brasilera en el Paraguay y publiqué un libro en 1975 más o menos donde justamente señalaba ese aspecto que se inicia sobre la base de una teoría geopolítica de un general brasilero que se llamaba Golbery do Couto e Silva, que era jefe de la casa presidencial de varios dictadores, y su teoría era la “marcha al oeste” o “de las fronteras vivas”; es decir, venían los brasileros y compraban tierras baratas en la frontera. Tal así que hay brasileros que tienen tierras en ambos lados de la frontera, algunos cruzando la calle, como en Pedro Juan Caballero y Capitán Bado; es decir, se apropiaron aprovechando los precios bajos. Peleamos mucho en el Congreso por una ley de seguridad fronteriza y la vigente ni siquiera se cumple. Aquí el problema de la tierra es terrible, y la concentración de tierra es el gran problema del campesinado paraguayo. El 4% posee el 85% aproximadamente, y esto es herencia del stronismo y sigue hasta nuestros días. Este Messer compró más de 120 mil hectáreas en Paraguay.
–¿Qué piensa de los políticos que se beneficiaron de estas tierras malhabidas?
–El actual presidente tiene una herencia en tierras en Pedro Juan Caballero y en la frontera misma, que el dictador le dio a su secretario privado, el padre del actual presidente. También tiene tierras en Mariscal Estigarribia, en Capitán Meza, y no solamente tiene tierras malhabidas, sino contratos con el Estado con su empresa Aldia con el MOPC, otra Creando Tecnología con la que facturó millones a la Municipalidad de Asunción, de Luque y de Villarrica. Como contratista no podía postularse a la Presidencia de la República, conste. Aquí la corrupción hay que extirpar de raíz, y para eso hay sacar a dirigentes de los partidos tradicionales que están muy ganados por la corrupción. No sé con qué autoridad el presidente puede criticar a Maduro si el mismo fue producto de una farsa electoral y de una dictadura militar.
–¿Es un fracaso la transición?
–La transición es una cosa que se vino para abajo. Imaginate que se está reivindicando a la dictadura stronista. El señor Mario Abdo, el actual presidente, es un pichoncito del stronismo; él jamás criticó ni hizo mea culpa, porque su familia integró ese organismo criminal, ese aparato nefasto que tanto perjudicó a la nación, que fue el gobierno de Stroessner (1954-1989). El día de las elecciones él fue a visitar a la Recoleta el panteón de su padre, y son actitudes simbólicas que demuestran que él sigue reivindicando ese modelo. Y no hace poco estaban planteando que traigan los restos de Stroessner a Paraguay, cuando sabemos que los restos de los hombres criminalizados durante su gobierno todavía no sabemos dónde están; en todo caso, que los parientes de Stroessner, o él, como hijo de uno de los grandes stronistas, nos diga dónde están los restos de los que fueron muertos por la represión, por la policía salvaje de Stroessner. El (Abdo) nunca pidió disculpas por los crímenes del stronismo.
–¿Cómo ve el futuro del país en este sentido?
–Yo no soy pesimista. Hemos visto en el 2018 estos focos de insurrección, de escraches, que son de sumo interés, y que fueron de grupos espontáneos que nacieron en lugares como Luque, Concepción, Ciudad del Este, Villarrica, y han logrado denunciar, procesar y encarcelar a hombres que eran omnipotentes del Partido Colorado, pero faltan muchos, y del Partido Liberal Radical Auténtico también. Hace falta abrir las puertas de las celdas para estos sinvergüenzas. Tenemos los nombres y apellidos de todos ellos, los vemos en los diarios todos los días. Y hay una cosa que me irrita mucho, cuando veo a militares y policías guardando las espaldas a estos grandes delincuentes senadores, diputados, ex presidentes y ministros, y ellos son los que robaron nuestras tierras, se hicieron de estancias con dinero público, se pasean por el mundo con atuendos lujosos y viven como la anacrónica monarquía, y todo con dinero sucio y robado al pueblo. No podemos dejar que estos pistoleros sigan así.