Hasta encontrar ese espacio, Castillo accedió a trabajar en el Palacio de Gobierno tras las críticas recibidas por la falta de transparencia al no tener una sede fija con un registro de visitas y reuniones.
Desde que asumió la Presidencia de Perú el pasado miércoles, la única sede fija de trabajo de Castillo durante sus primeros días de su mandato ha sido la misma vivienda donde vivió durante la campaña electoral.
En ese inmueble, ubicado en el populoso distrito de Breña, Castillo ha mantenido varias reuniones clave para formar su primer Consejo de Ministros, con los periodistas apostados en los alrededores como único control para conocer quién entra y quién sale del centro de operaciones del presidente.
Durante su discurso de investidura, Castillo anunció su intención de prescindir del Palacio de Gobierno, de Lima, como sede del Poder Ejecutivo.
“Yo no gobernaré desde la ‘Casa de Pizarro’”, dijo Castillo en referencia a la sede de la Presidencia de Perú, un palacio erigido en 1938 en el mismo lugar donde el conquistador Francisco Pizarro fijó su residencia al fundar Lima como la capital del virreinato del Perú.
“Creo que tenemos que romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de la dominación que se han mantenido vigentes por tantos años”, añadió.
Castillo, el primer presidente de la historia de Perú de origen de campesino, anunció su intención de que el Palacio de Gobierno se convierta en un museo que cuente la historia del país desde sus orígenes.
Ese museo quedaría a cargo del Ministerio de Cultura, ahora renombrado como Ministerio de las Culturas, dentro de la renovación promovida por Castillo para hacer un Estado más inclusivo con la diversidad y los sectores más desfavorecidos del país.