06 ene. 2025

“El principal desafío del 2024 fue mantener el mercado de EEUU”

PROYECCIÓN. Aseguró que se espera un 2025 con mejor diversificación de mercados para la carne.
CAÍDA. Vaticinó una reducción de hasta 250.000 cabezas en el hato, llegando a unas 13.200.000.
DESAFÍO. Sostuvo que apostar en calidad genética es el único camino para mejorar los rendimientos.
SIAP. Dijo que la identificación animal será una nueva forma de presentar a la cadena cárnica.

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José Carlos Martin. Es su segundo periodo al frente del Senacsa, tras asumir en el 2018.

GENTILEZA

Adriana Caballero
hyldaadriana@gmail.com

El presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Animal (Senacsa) destacó que el principal reto del sector cárnico en 2024 fue garantizar la continuidad de los envíos de carne a EEUU. Subrayó la necesidad de mantener una posición competitiva frente a los avances de Brasil, que busca certificarse como país libre de fiebre aftosa sin vacunación, mientras que afirmó que para el 2025 Senacsa proyecta fortalecer la trazabilidad con la implementación del Sistema de Identificación Animal. Celebró que el sector porcino registró un año récord, aunque dijo que persisten desafíos como la eliminación del arancel en Taiwán. No descartó nuevos aumentos en el precio de la carne, debido a la dinámica internacional, pero sostuvo que se deben evitar las subas drásticas.

–¿Cuáles fueron los principales desafíos del sector cárnico en 2024 en términos de exportación? ¿Qué mercados destacaron y a cuáles se apunta principalmente en 2025?

–Sin lugar a dudas, el principal desafío fue mantener abierta, activa, la exportación de la carne a Estados Unidos. Si bien fue algo político, fuera de nuestro alcance operativo, el CRA (Congressional Review Act) atacaba directamente a unos de los puntos más altos que tenemos como sistema, el sistema de vacunación contra la fiebre aftosa, y posiblemente a uno de los sistemas públicos más auditados a nivel nacional e internacional. Esto trajo mucha incertidumbre, riesgo y es lo que más incomodó. Además, Estados Unidos estaba en elecciones y acá tampoco ayudábamos mucho a mantener una fluidez con los interlocutores. Sin embargo, ahora en enero, esto ya fue superado, el proyecto feneció el 31 de diciembre y el senador que lideró la iniciativa tampoco fue reelecto, por suerte, de igual manera debemos estar atentos. No vemos cambios importantes en cuanto a producción este 2025, sí una mejor diversificación de mercados como lo fue el 2024, donde nuestro país tuvo la mejor diversificación en Sudamérica. También habrá dos competidores nuevos en la industria, trayendo más competencia, trayendo un bálsamo al reclamo de los productores.

–¿Qué perspectivas hay en cuanto al precio de la carne para los consumidores en 2025? ¿Cómo puede influir Senacsa para lograr un avance en los diálogos entre sector industrial y productivo para tratar la situación de las constantes subas?

–Debemos entender que en un mercado internacional tan dinámico, el no tener contingencias para mantener el precio del mercado local afecta al consumidor final. Este año prácticamente todo el año estuvo habilitada la importación de países con habilitación sanitaria, además estamos finalizando la aprobación de la habilitación de carne de Bolivia. También tenemos que mejorar la capacidad de frío del país, así evitar depender de la oferta ganadera semanal para fijar el precio de la costilla y mitigar ese riesgo de la falta de ganado hacia diciembre, donde el consumo llega al doble. Este 2025 vamos a ver comercialmente una guerra EEUU-China donde los aranceles podrán afectar algún que otro mercado, dando oportunidades en otros. Pero debemos cuidar al consumidor local evitando subas muy drásticas. Creemos que el diálogo entre los actores desde el Senacsa es buena, a pesar de esas campañas de agravios en los medios. Nuestro diálogo tanto con la Asociación Rural del Paraguay, la Cámara Paraguaya de Carne y Fundassa (Fundación Servicios de Salud Animal) es muy fluido. En 2024 tuvimos más de 50 reuniones en la ARP por diversos motivos en búsqueda de mejoras. El respeto al gremio más importante y grande que tenemos en el Paraguay siempre está, aunque algunas veces pensamos que sería mejor que los mandatos de los presidentes sean de cuatro años, ya que dos parece muy corto y parece que están en constante campaña para un microclima interno. La Rural me compartió el 29 de diciembre último el borrador del proyecto que crea el Instituto Paraguayo de la Carne (IPC) para comentarios que estamos trabajando. Sin embargo, lo que podemos adelantar es que en el monto y el sistema de financiamiento no estamos de acuerdo. Aunque la institución apoye la idea de esta y otras iniciativas que mejoren la relación entre todos los actores, creemos que la recaudación a través de la Comisión Interinstitucional para la Erradicación de la Fiebre Aftosa (CIEFA) no es el adecuado, ya que hoy existen instrumentos legales mucho más modernos. Con la CPC también tenemos una comunicación fluida, pero menos frecuente. La contratación de un director ejecutivo con poder de decisión ayudó mucho para la toma de decisiones del día a día sin mucho protocolo.

–¿Qué logros importantes se alcanzaron este año en cuanto a sanidad animal y qué aspectos aún necesitan fortalecerse?

–La falta de noticias son buenas noticias. El silencio epidemiológico tanto en el país como en la región definitivamente es un logro, evidencia que el trabajo de prevención sigue funcionando, especialmente en Brasil, ya que el país continental actualmente está en la transición a país libre de aftosa sin vacunación. Creo que en este punto deberíamos tener una posición más clara del sector privado. Si bien institucionalmente tenemos un plan para dejar de vacunar en el año 2026, todavía no existe consenso. El éxito de Brasil va a traer cambios y debemos estar preparados. En una cadena tan competitiva, la capacidad de adaptarse es lo que te mantiene vivo. A nivel operativo, lo más importante este año será poder ensamblar tanto la identificación animal como la vacunación en algunos estratos de productores. También poner a punto el sistema informático de movimiento de ganado “Mymba Tape” que estuvo en modo prueba casi 7 meses, donde los transportistas pasarán a tener un rol clave en la información que se pueda generar.

–¿Cómo cerró el hato ganadero en 2024 en cuanto a cantidad de cabezas y calidad genética?

–Nuestro censo ganadero siempre lo hacemos al inicio del año, junto con la vacunación, posiblemente tengamos una disminución de 200.000 a 250.000 cabezas, producto nuevamente de un año de sequía. Estimo que llegaríamos a 13.200.000 cabezas. Esperemos un mejor año en cuanto a clima, ya que desde el 2019 estamos con este problema. En cuanto a calidad genética, el avance que tuvo Paraguay fue significativo. Apostar en calidad genética es el único camino para mejorar los rendimientos y métricas, además de las condiciones de los campos, por ende, la rentabilidad. Debemos empujar más aún en la penetración de la tipificación recientemente promulgada para que esa calidad genética pueda ser valorada por el consumidor local e internacional a través del etiquetado y ordenar más aun la oferta con una definición de producto estandarizado.

–Con la implementación del sistema de identificación animal en 2025, ¿qué cambios significativos se esperan en la trazabilidad y la competitividad de la carne? ¿Qué impacto tendrá en la percepción internacional de la carne paraguaya?

–Sin lugar a dudas es el proyecto del 2025, pese a que desde enero del 2023 comenzamos con los trabajos de sistemas, la licitación internacional donde Paraguay salió muy bien posicionado, marcando un hito ya que se consiguió un ahorro muy importante. En febrero nace una nueva política pública que pondrá a prueba nuestra capacidad de trabajo en equipo. Siempre digo que está en juego nuestra reputación institucional, así que dentro de esa rutina de lo extraordinario debemos estar atentos a volver a intentar cada vez mejor buscando la excelencia. El Sistema de Identificación Animal en Paraguay (SIAP) traerá consigo una nueva forma de presentarnos como cadena cárnica a los consumidores nacionales e internacionales con objetivos en sanidad animal, inocuidad de alimentos y la formalización de los pequeños productores. Es un ejemplo más de que el Gobierno está tratando de posicionarnos como proveedores de alimentos al mundo de forma sostenible y sobre todo con información fidedigna.

–¿Cómo evolucionó el sector porcino en 2024 en términos de producción y exportación? ¿Qué estrategias se están impulsando para fortalecer este segmento en 2025?

–El sector porcino cerró el 2024 con año récord, con mercados habilitados y algunas auditorías de países donde tenemos mucho potencial para seguir creciendo. La espinita fue que después de tanto trabajo y promesas todavía no se efectivizó la eliminación del arancel para este producto en Taiwán, confiamos que sea en este primer trimestre. Aún tenemos que aumentar la producción para que el sector pueda seguir creciendo. Nuestras unidades de cría de lechones están quedando pequeñas con la demanda que se tiene. Lo bueno de esta cadena es que es rápidamente escalable, visualizamos llegar a USD 100 millones al 2028 y esperemos llegar al 2030 con USD 350 millones.

–En el caso del sector aviar, ¿qué avances hubo en términos de sanidad y exportación? ¿Cuáles son las principales metas para este año?

–Paraguay demostró sus ventajas comparativas y competitivas en los últimos casos de influenza aviar, además de una robustez pública privada a nivel sanitario, con dos auditorías importantes este 2024. Esperamos nuevamente la habilitación para la carne avícola de parte de Taiwán y así cerrar el objetivo iniciado allá por el 2021. También los primeros días de febrero arranca un nuevo clúster de producción y faenamiento de pollos. Con los precios actuales y proyecciones de la soja y maíz, vemos que tanto el sector porcino y avícola tendrán años de mucho crecimiento y rentabilidad para todos.

–¿Qué rol desempeñan los pequeños y medianos productores en el crecimiento del sector pecuario y qué apoyo se les está brindando desde Senacsa?

–El aporte de los pequeños y medianos productores al sistema cárnico es sumamente importante, además del rostro social, ellos están cumpliendo con las obligaciones contra la aftosa, están ensamblados en una sola cadena. El pequeño productor busca un ahorro a través de la ganadería, ya que es un bien ganancial y genera valor a través del tiempo. La importancia del mismo está en pensar en la necesidad de mañana, un respaldo a futuro. Mantener la cadena activa es el principal trabajo de Senacsa para pequeños, medianos y grandes; sin embargo, la coordinación con las agencias crediticias públicas y privadas puede mejorar aún. El trabajo del Instituto Nacional de Bienestar Rural y de la Tierra (Indert) es clave, ya que la titulación hace posible mejores tasas y a un plazo mayor. Tenemos que ser más agresivos al momento de financiar proyectos agropecuarios, financiando no regalando. La tentación asistencialista es muy grande y más aún cuando existe el microclima para hacerlo. La necesidad de seguir desarrollando políticas publicas contra la pobreza e invertir en educación son siempre a largo plazo.

–¿Qué proyecciones tienen para la integración del sector pecuario en cadenas de valor internacionales y cómo Senacsa está apoyando esta meta para este año?

–Creo que esa integración por lo menos se debe discutir en el sector público y privado, sobre qué buscamos de aquí a 10-15 años para nuestro sector agropecuario. El peso económico del sector es demasiado grande en nuestro país para no tener ningún plan. ¿El cambio de la carta orgánica del MAG, las fusiones de las agencias fitozoosanitarias es lo que realmente necesitamos? La resolución 1115 de la Unión Europea desnudó una enorme burocracia en el sector público por las diferentes instituciones que están, pero también en el sector privado. Y eso es lo lindo: tener conciencia de nuestras debilidades y comenzar a construir un plan común en el consenso. Paraguay por su abundancia en recursos naturales no solo tiene el potencial, sino la obligación de ser un actor clave en la búsqueda de esa seguridad alimentaria. El seguir escalando en la cadena creando fuentes de trabajo, ya que la agropecuaria moderna hoy en día ya no es un generador de trabajo. De ahí la importancia de la agroindustria, donde esa complementariedad trae consigo la disminución de la desigualdad, de la pobreza, evita la migración a zonas urbanas y fomenta la ruralidad.

En el sector porcino visualizamos llegar a los USD 100 millones al 2028 y a USD 350 millones al 2030.

Posiblemente el hato ganadero disminuya en unas 200.000 a 250.000 cabezas. Estimo que llegará a 13.200.000 cabezas.

No vemos cambios importantes en producción para este 2025, sí una mayor diversificación de los mercados como lo fue en 2024.

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Senacsa. El titular del Senacsa proyecta mejoras en 2025.

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