EFE
Los novios intercambiaron los votos matrimoniales y los anillos ante una congregación de 600 personas, entre ellas miembros de la familia real británica y personalidades del mundo del espectáculo.
Markle, de 36 años, lleva un elegante y sobrio vestido blanco y un largo velo sujetado por una tiara, que ha sido diseñado por la británica Clare Waight Keller, de la casa francesa Givenchy.
Markle bajó del automóvil, un antiguo Rolls-Royce Phantom IV, que la llevó desde el hotel Clividen, donde pasó la noche, hasta el templo, donde le esperaba Enrique, vestido con el uniforme del regimiento de caballería “Blues & Royals” del Ejército británico.
La prometida de Enrique entró sola en la capilla, acompañada por diez niños que hacen de damas de honor y pajes, entre ellos el príncipe Jorge y la princesa Carlota, hijos de los duques de Cambridge, hasta que el príncipe Carlos, heredero al trono, la tomó del brazo para conducirla hasta el altar.
La ceremonia, que empezó poco después del mediodía, fue oficiada por el deán de Windsor, el reverendo David Conner, mientras que el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby, fue el encargado de casarlos.
El príncipe Enrique llegó a la capilla acompañado por su hermano, el duque de Cambridge, que es el padrino y el encargado de llevar a los anillos que se intercambió la pareja.
Los príncipes Enrique y Guillermo fueron unos de los últimos miembros de la familia real en entrar en el templo religioso, antes de que lo hiciera la reina Isabel II, de 92 años, junto a su marido, el duque de Edimburgo, de 96 años.
En un día soleado, el enlace ha generado una gran atención mediática, con numerosas cámaras de televisión que han transmitido la boda y miles de personas que se han acercado hasta Windsor.